Un total de 62 organizaciones han dado un paso al frente con la campaña 'Aborto sin acoso' para pedir que se tipifiquen como delito las conductas que obstaculicen, acosen y hostiguen a las mujeres que quieran interrumpir su embarazo.
Y es que más de 8.000 mujeres, según denuncian estas asociaciones, se han visto increpadas o coaccionadas con pintadas en las calles, hileras de fetos de plástico o concentraciones y cánticos a las puertas de las clínicas. "Me han sermoneado, me han enseñado fotos y me han dicho que ahí dentro mueren mujeres", cuenta una de las víctimas.
"Cuando tú a una mujer le dices que no cometa un crimen, le estás llamando criminal sin decírselo. Cuando le dices que va a matar a su feto, le estás diciendo que es una asesina", ha señalado Sonia Lamas, de la Federación de Planificación Familiar.
Por su parte, Cristina Colom, vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, ha dicho que "es un delito de coacciones el hecho de limitar, de alguna forma, esa libertad".
En este sentido, piden que no sean las víctimas las que tengan que denunciar, sino que se pueda actuar de oficio. "Pretendemos que la Fiscalía o la Policía pueda actuar de oficio", ha apuntado José Antonio Bosch, asesor jurídico de ACAI.
Solicitan, además, que mientras no haya una normativa específica, se establezcan zonas de seguridad en el entorno de los centros acreditados para la interrupción del embarazo para garantizar la intimidad de las mujeres, así como su integridad física y moral.
María Lamela, reportera de Liarla Pardo, acudió a la clínica Dator, situada en Madrid, para comprobar el acoso que sufren estas mujeres. Una vez allí, fue abordada por dos hombres que le dijeron "meten la mano en tu interior y te hacen un destrozo, a tu hijo le cortan con un bisturí". En este vídeo puedes ver cómo fue el momento.