Este fin de semana nos trae un brusco cambio de tiempo: tras registrar este sábado valores propios de junio o julio, a última hora del domingo y el lunes volveremos a temperaturas casi invernales, con valores más típicos del mes de marzo.

Sin embargo, el sábado será un día de calor extraordinario: solo un 5% de los días 8 de mayo han sido tan cálidos como el que se espera mañana, hasta el punto de que en Cantabria o Euskadi las máximas estarán hasta 10 grados por encima de lo habitual para la época.

Además, se registrarán temperaturas cercanas a los 35 grados en el Valle del Guadalquivir y podrán alcanzar los 30 en el norte y el centro del país. Así, se espera que Murcia alcance los 35 grados, aunque otras cuatro capitales de provincia tendrán temperaturas superiores a los 30: Córdoba, Huelva, Sevilla y Zaragoza.

Badajoz, Granada o Lleida, por su parte, registrarán también el sábado sus primeros 30 grados de la temporada, mientras que otras 20 capitales provinciales estarán a más de 25 grados.

Cambio de tiempo y borrasca

No obstante, tras tocar este 'techo térmico', llegará el cambio, en las que pueden ser las 24 horas más dispares de toda la primavera. Y es que este viernes ya se está gestando la borrasca responsable de un cambio de tiempo radical que experimentaremos el domingo.

Una borrasca atlántica profunda, llamada 'Hubertus', que está sufriendo un proceso de ciclogénesis explosiva. Su sistema frontal frío avanzará del oeste a este durante el domingo, cambiando el tiempo por completo.

Así, las temperaturas bajarán de golpe y en algunas zonas hasta 10 grados, de norte a sur. Además, habrá un aumento generalizado de la nubosidad y lloverá en varios puntos de España, coincidiendo con el fin de la mayor parte de los cierres perimetrales al decaer esa madrugada el estado de alarma.

Sin embargo, los españoles tendremos pocas posibilidades de escapar a un lugar en el que la lluvia no haga acto de presencia, aunque estas precipitaciones no caerán con la misma fuerza en todas partes: se esperan lluvias débiles en el Cantábrico oriental, Andalucía y el este de Castilla y León; intensas en toda la zona centro del país y fuertes en el oeste de Galicia, la cara sur de los Pirineos y puntos orientales de Castilla-La Mancha.