Curro y José Luis no creen en las casualidades. De casi 70 trabajadores sociales, ellos han sido los únicos despedidos. Son los únicos también que padecen cáncer. Curro llevaba seis meses de baja y Jose Luis un año.
Curro solo pide una cosa: “Que me digan realmente si mi despido es por el cáncer, no es porque he sido un mal trabajador”.
Los dos tenían contrato de colaborador social. El 40% de su sueldo mileurista lo paga el INEM. No cotizan a la seguridad social, ni cobran cuando están de baja. José Luis no se lo explica: “Si no les costamos un duro podían haber esperado”.
“Ahora estamos en la puta calle con 416 euros pagando 400 de piso con tres personas a mi cargo, que me hagan un hueco allí para vivir” afirma Curro.
Los sindicatos critican la falta de sensibilidad del consistorio y exigen una explicación: “Lo que agrava más es que al renovarles no les hubiera costado nada el coste económico para el ayuntamiento es cero” confiesa Baldomero Rubio, de UGT del ayuntamiento de Alicante.
El ayuntamiento prefiere no hablar del asunto. Y ellos no pierden la esperanza con un único objetivo: Superar la enfermedad y recuperar su empleo.