Algunos les entregan un tupper con la ración que suelen ofrecer cada día, evitando también así arrojar las sobras a la basura. "Da pena cuando tienes que tirar algo al final del día", afirma un cocinero. Otros les guardan los excedentes y se los entegan al terminar la jornada.

El perfil de las personas que piden ha cambiado radicalmente, aseguran los dependientes. La mayoría son personas -jóvenes y adultos- que se han quedado sin trabajo y que no tienen nada que llevarse a la boca. Por ello, tratan de ayudarlos siempre que pueden.

Hay ocasiones en la que la demanda es tanta que se ven desbordados, aunque siempre tratan de buscar algo para llenarles el estómago. Se trata de un sector que demuestra día a día su solidaridad.