Asunta Baterra murió entre las siete y ocho de la tarde, según los toxicólogos del caso. Saben la franja concreta en la que pudo fallecer gracias a los alimentos que ingirió la niña, alrededor de tres o cuatro horas después de la comida.

Tras una úLtima ingesta de alimentos, a las seis horas el estómago ya está vacio y no era este el caso de Asunta.

Los expertos que analizaron el contenido gástrico de la menor encontraron restos de comida en su estómago, por eso la hora aproximada de la muerte de Asunta fue entre las siete y las ocho de la tarde, una franja horaria que coincide con el informe realizado por toxicólogos gallegos. Además, ambos laboratorios toxicológicos no coinciden únicamente en esto.

Estos nuevos datos han dejado en evidencia a los padres de Asunta. A la hora en la que murió la menor los dos estaban solos.