La Audiencia de Madrid juzga desde este viernes al conductor que en 2019, tras circular en dirección contraria en la autopista M-50, superando la tasa de alcoholemia y a gran velocidad, embistió a otro turismo, provocando la muerte del joven Víctor López, de 20 años, que iba a trabajar.
La Fiscalía pide 15 años de cárcel para Kevin C.B (en prisión provisional) por homicidio, conducción temeraria con manifiesto desprecio por la vida de los demás y delito contra la seguridad vial. La acusación particular que ejerce la familia del joven fallecido también solicita quince años de cárcel por homicidio y por dos delitos contra la seguridad vial.
A su llegada al juicio, el abogado del acusado ha defendido que "no es un homicida ni un asesino ni un conductor kamikaze". "Es un chico que iba bebido e hizo un acto incorrecto. Es responsable de la muerte, sí, pero de forma imprudente. Ha perdido perdón y ha hecho cursos en prisión para reparar el daño pero no puede hacer volver el tiempo atrás", ha reseñado. Según su letrado, Kevin ha tardado dos años en superar que no puede reparar lo que pasó y ha manifestado de forma rotunda y reiterada que se cambiaría por la víctima.
La familia de Víctor, el joven fallecido, llega a la vista totalmente destrozada. Se cumple el segundo aniversario de su muerte y pocos meses antes habían perdido a otro hijo. Su letrada ha reclamado que se acabe en España "la tendencia de calificar estos hechos tan graves como meros accidentes de tráfico, como imprudencia". "Qué diferencia hay entre matar con una pistola y matar con un coche", ha exclamado. "Una persona que conduce bajo los efectos de las drogas, el alcohol y tiene una conducción temeraria se puede imaginar lo que puede sucede y que pone en riesgo su vida y la de los demás usuarios. Queremos demostrar que lo hizo voluntariamente", ha aseverado. Royo sostiene que el acusado no ha pedido perdón a la familia ni sus más allegados. "No nos consta arrepentimiento. Su familia no se ha puesto en contacto con nosotros", ha lamentado.
"Qué diferencia hay entre matar con una pistola y matar con un coche"
Hoy la sesión ha comenzado con la elección del jurado popular y no se prevé que sea hasta el lunes cuando declare el acusado.
Alcohol y alta velocidad
El Ministerio Fiscal relata en su escrito de acusación que Kevin C.B. decidió el 15 de septiembre de 2019 coger su coche "pese a tener sus facultades disminuidas como consecuencia de una previa ingestión de bebidas alcohólicas". Así partió hacia Arganda del Rey por la autopista de circunvalación de Madrid M-50, que conocía a la perfección "dado que la utilizaba normalmente con mucha frecuencia para ir a Fuenlabrada y a su domicilio".
La Fiscalía añade que iba a una velocidad muy por encima de la permitida, a 139 kilómetros por hora, cuando adelantó a otro turismo que circulaba por el carril central provocando que tuviera que dar un bandazo. Dio bandazos en zigzag y obligó a varios conductores a cambiar de carril.
Tras parar su coche en el arcén, Kevin C.B. reemprendió la marcha en sentido contrario durante casi dos kilómetros a alta velocidad, cruzándose con varios vehículos cuyos conductores tuvieron que evitarlo. El procesado daba ráfagas con luces largas para deslumbrar a los conductores que iban de frente y trataba de embestirlos, hasta que colisionó con uno en el carril central de los tres existentes, cuyo conductor falleció poco después.
El acusado presentaba después de los hechos un fuerte olor a alcohol, hablaba de forma pastosa, titubeante y con incoherencia al explicar lo sucedido y estaba adormilado y con los ojos brillantes, siempre según la Fiscalía. Para la Fiscalía está claro que el acusado era "conocedor" de que circulaba en sentido contrario al establecido.
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