Este verano, los agentes de la Guardia Civil estarán equipados con una nueva herramienta para incrementar la seguridad en las carreteras: los chalecos airbag para motociclistas. Estos innovadores dispositivos, similares a los utilizados en los coches, se activan en caso de impacto, reduciendo significativamente el riesgo de lesiones graves o fatales para los conductores y acompañantes de motocicletas.

Jesús Monclús, responsable del área de Prevención y Seguridad Vial de Fundación MAPFRE, ha afirmado que "el airbag reduce en un 20% la probabilidad de fallecer o resultar gravemente herido", respaldando así la efectividad de esta tecnología en la protección de los motoristas.

La activación del airbag se produce mediante un accionamiento mecánico: en el momento del choque, una cinta conectada a la moto tira de una rótula que, al desprenderse, perfora el cartucho de gas dentro del chaleco, inflándolo rápidamente y amortiguando el impacto.

Jorge Garrandes, responsable de motocicletas de CESVIMAP, ha explicado que estos chalecos mecánicos tienen un costo aproximado de 270 euros, mientras que los modelos electrónicos, que se activan mediante sensores, rondan los 500 euros. A pesar de su costo, se comparan con elementos fundamentales de seguridad como los cascos o los neumáticos.

La Dirección General de Tráfico (DGT) recomienda el uso de estos dispositivos para todos los motociclistas, así lo ha afirmado Pere Navarro, director general de tráfico, aunque aún no establece una fecha para su obligatoriedad. El objetivo es consolidar su uso y reducir la alta tasa de mortalidad entre los motoristas, que aumentó un 19% en 2023 en comparación con el año anterior.

Además de los chalecos airbag, los motociclistas también tienen la opción de utilizar pantalones, cazadoras y cascos con airbag incorporado, como medidas adicionales para aumentar su seguridad en la carretera.