Los expertos calculan que el número de insectos ha descendido en un 80%, y lo asocian al fenómeno parabrisas del coche: dicen que cada vez se ensucia menos porque hay menos bichos. "Hace 40 años se veían en cualquier lugar, y hoy en día cada vez son menos los bichos corrientes que hay", cuenta Pedro Velasco, naturalista de Insect Park.

Asimismo, las mariposas son una especie que es cada vez más difícil de ver. Habitan en zonas húmedas y la sequía está acabando con ellas. Además de este motivo, los desastres naturales, como los incendios que devastan bosques, los insecticidas que los envenenan, así como las urbanizaciones y avances de ciudades, están acabando con sus hábitats.

"Rompemos un eslabón de una cadena alimenticia, donde todo lo que está por encima lo estamos destruyendo", ha afirmado el entomólogo Raimundo Outerelo, que muestra algunos ejemplos de diversas especies en una cámara frigorífica donde hay conservadas cuatro millones de especies. Cuenta que la mayoría de ellas están casi extinguidas: "Las podemos ver aquí, pero a lo mejor ya no las podemos ver jamás".

Las Naciones Unidas nos recuerdan que estos insectos son responsable de polinizar el 84% de los cultivos destinados al consumo humano. Además, su extinción tendría consecuencias en aves, reptiles y anfibios como por ejemplo las ranas, que se alimentan de insectos. Por pequeños que sean todos estos bichos, son útiles y cada uno de ellos encaja perfectamente en el puzle del ecosistema.