44 récords de días cálidos en 2023 y ningún registro máximo de días fríos, la mejor definición de la crisis climática que se vive en España y en prácticamente todo el planeta. Paisajes verdes donde la naturaleza brilla por su ausencia -como el caso del Parque Nacional de Doñana-, olas de calor cada vez más frecuentes y duraderas, una sequía que empieza a hacer mella en el trabajo de los agricultores y ganaderos de nuestro país... Toda una serie de consecuencias que tienen un denominador común: las altas temperaturas del pasado año.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha publicado este jueves el 'Informe sobre el Estado del Clima de España 2023', la quinta edición de este análisis que con el paso de los años dibuja un horizonte cada más alarmante. El estudio consiste en una recopilación de los principales factores del tiempo y del clima a lo largo del año. Pues bien, el actor protagonista es el cambio climático, el cual ha provocado que el pasado año fuera el segundo más cálido y el sexto más seco de la serie histórica.
"El año 2023 tuvo una temperatura media de 15,2 grados(+1,2 grados por encima de lo normal). Tan solo 2022 fue más cálido. La temperatura media de España ha ascendido más de 1,5 grados desde 1961 y los diez años más cálidos de la serie corresponden al siglo XXI", ha explicado en el informe la Aemet. Esto se traduce en que los diez años más cálidos de la serie histórica se han dado en el siglo XXI.
Todo apunta a un nuevo calentamiento global y a que los termómetros seguirán con su tendenicia alcista durante no solo el próximo año, sino que durante la próxima década. Nueve de los doce meses del 2023 presentaron carácter cálido, muy cálido o extremadamente cálido, salvo enero, febrero y marzo, que fueron normales. No solo eso, sino que la primavera de 2023 fue la más calida desde el año 1961, mientas que el verano fue el tercero más calido de la serie histórica y el otoño el segundo con mayor temperatura media.
Más olas de calor con máximas de 44 grados
Siete olas de calor en el 2023. Un acontecimiento que en la teoría es anómalo. La Aemet ha notificado cuatro en el ámbito de Península y Baleares y tres en Canarias. Pero el problema no se queda ahí. Desde 1975, las olas de calor se alargan tres días por década. Afectan cada diez años a tres provincias más y aumentan su temperatura unos 2,7 grados por decenio.
La agencia ha aseverado que estas olas de calor han llegado a marcar temperaturas máximas de 44 grados en zonas inusuales de la península, como son Bilbao o Tortosa: "Entre las olas de calor, destaca la del 17 al 25 de agosto, con máximas de 44 ºC en Bilbao y Tortosa. En Canarias, sobresale la del 2 al 17 de octubre, tardía y la más larga de la serie. La ola de frío del 28 de febrero al 2 de marzo fue la tercera más tardía desde 1975".
A la par de las olas de calor, otro de los fenómenos meteorológicos que preocupan son las olas de frío. Aunque en este caso no es porque se hayan registrado un número deproporcionado de alertas, sino por su escasez. Durante el 2023 se batieron cuarenta y cuatro récords de días cálidos, mientras que no hubo ninguno de días fríos. Un dato sangrante y más teniendo en cuenta que en un clima no alterado por el cambio climático serían esperables cinco récords de cada uno.
Unas altas temperaturas que han ido acompañadas durante todo el año de una escasez severa de precipitaciones, hasta el punto de que el 2023 fue el sexto año más seco desde que se tiene registro en la Aemet. La sequía que había comenzado durante el año 2022 evolucionó hacia una sequía de larga duración y con ella trajo no solo consecuencias climáticas, sino que también agravios socioeconómicos.
"Aunque las precipitaciones han descendido alrededor del 12 % desde el inicio de la serie, no se observa una tendencia estadísticamente significativa en este descenso para el conjunto de España. Sí que se observa esa tendencia en amplias zonas del sur y del nordeste peninsular", ha manifestado la Aemet en el estudio.
Para terminar, este incremento de las temperaturas se debe principalmente a las emisiones de gases de efecto invernadero. La Aemet ha asegurado que el aumento de la concentración de CO2 es de 1,9 ppm al año desde 1984, aunque en la última década se ha acelerado y es de 2,5 ppm anuales. Una crisis climática que azota España y que deja claro que la prioridad es mitigar los graves efectos de la contaminación de cara al próximo lustro para, por lo menos, rebajar las temperaturas y neutralizar el crecimiento exponencial de los termómetros desde inicios del siglo XXI.