La reunión con Rato no es un problema para el ministro del Interior porque se hizo con la máxima transparencia. Justificaba que fuera en su despacho porque "el lugar indicado era el Ministerio del Interior, ni en una cafetería, ni en una gasolinera, ni en un piso franco".
Según Jorge Fernández Díaz, se reunió con Rato una semana después de que acudiera a los juzgados a declarar. El motivo, su seguridad. El exvicepresidente se sentía amenazado y solicitaba protección. Además de mensajes ofensivos y vejatorios, Rato y su hijo recibieron cartas y llamadas en las que les amenazaban de muerte, según publica el diario 'El Mundo'.
La mayoría de los grupos no aceptó la explicación, que Rosa Díez calificó de "bochornosa y ciertamente patética", porque no se fían de la palabra del ministro.
¿Y qué opina el presidente? Pues que han ido a por el titular del Interior sin ni siquiera dejarle hablar. Mariano Rajoy aseguraba que "no se puede andar así por la vida. Si pude la comparecencia de alguien, pues escuche y después diga que si no le convence se va a la Fiscalía".
Continúan las reacciones, aunque para el PP el caso está cerrado. Andrea Levy aseguraba en una entrevista que " damos el asunto por zanjado", pero puede seguir coleando, porque Rosa Díez anunció que pedirá "un careo entre Díaz y el señor Rato por versiones contradictorias".
Además, Fernández Díaz dejó otra incógnita abierta, porque aseguró que "si se ha reunido con otros imputados, tendría que pensarlo". Sobre la cuestión de dimitir, Jorge Fernández Díaz defendió que su actuación fue legal y ética.