Los marineros gallegos han dejado la reunión con la Xunta porque se ha incumplido la única condición que habían puesto: no negociarían con la consejera de Mar si no pedía perdón por sus insultos. El vicepresidente ha tratado de calmar la tensión, pero los trabajadores se sienten engañados. "Transmitimos a la consejera que no podemos sentarnos hasta que no haga eso", asegura Andrés García, representante de la asamblea de Portosín.
Se han ido los representantes de hasta 120 barcos, pero han quedado entre 10 y 12 en la reunión. "Se han quedado los que no quieren compartir nada con los compañeros", afirma José Blanco, representante de los marineros. Unos marineros que tienen claro lo que quieren: un nuevo reparto de cuotas. Mientras, para la Xunta la culpa del conflicto es de Zapatero.
Los trabajadores afirman que con un 30% de cuota no sobreviven y critican el 70% que se le ha dado al País Vasco. "Hay barcos que llevan 14 o 15 hombres y les dan 6.000 kilos de tope, mientras a otros barcos en el País Vasco les dan 40.000 o 50.000", afirma un marinero.
Los gallegos siguen estando seguros de que seguirán luchando. Pero dejan claro que lo que ha pasado estos días, como la batalla que acabó con quema de contenedores y cargas policiales, no lo quieren. Sólo buscan, dicen, salvar su medio de vida.