Se marchó de China dejando atrás su vida para advertir al mundo del alcance real que tendría el coronavirus. Es la historia que traslada Li-Meng Yan en una entrevista en Fox News, donde relata cómo han sido estos meses para ella tras su decisión.

El 27 de abril, cogió un billete de ida para viajar a Estados Unidos. Al día siguiente, ya había aterrizado allí. Lo hizo sin su marido, que estaba “totalmente cabreado”. “Me lo echó en cara, intentó minar mi confianza... me dijo que nos matarían a todos”, recuerda.

Una vez en el aeropuerto, no sabía si iba a ser devuelta a China. “Tenía que decirles la verdad. Les dije: 'No me mandéis de vuelta a China. Soy la que ha venido a contar la verdad del coronavirus. Por favor, protegedme. Si no, el Gobierno chino me matará'”.

Ahora, cuenta esa verdad al mundo. “Soy una de las primeras personas del mundo envuelta en la investigación de la COVID-19. Desde el 31 de diciembre, una vez supimos que había una especia de SARS en China, en Wuhan, mi supervisor, el Dr. Leo Poon, asesor de la OMS, me pidió realizar una investigación secreta sobre lo que estaba ocurriendo. El Gobierno chino se negó a traer expertos internacionales, incluyendo a los de Hong Kong, para investigar en China”, asevera.

También enseña una conversación que mantuvo con un amigo científico ese 31 de diciembre, el cual asegura que tenía “información de primera mano” sobre lo que estaba ocurriendo. “Me contó que estaba habiendo casos de contagio familiar, así que tenía que estar produciéndose un contagios entre humanos”, cuenta.

En su móvil, también enseña un grupo en el que hay diversos científicos en el que se decían que lo mejor era “no preguntar”, aunque reconocían, mediante emoticonos, que lo mejor era llevar mascarillas. “Me advirtieron: 'No toques la línea roja'”, asegura. Esa línea roja era nombrar al Gobierno chino.

Sé cómo tratan a aquellos que filtran información”, añade. Pese a las amenazas, la doctora Li-Meng Yan parece decidida a trasladar su verdad al mundo desde Estados Unidos.