Sentados, sin querer declarar y fuera de la pecera en la que los hemos visto otras veces. Así se ha visto este miércoles a Javier García Gaztelu, alias Txapote, y a su pareja, la etarra Irantzu Gallastegi, Amaia. Los juzgan por el asesinato en 1998 del concejal del PP Manuel Zamarreño cuando salía de una panadería. Su hija estaba sentada en esa sala y ha asegurado que "ha sido muy duro ver que no se arrepienten de nada".

A primera hora de la mañana, arrancó un nuevo juicio contra Javier García Gaztelu e Irantxu Gallastegi. Más conocidos como Txapote y Amaia, se han sentado este miércoles en el banquillo de la Audiencia Nacional acusados, esta vez, del asesinato del concejal del PP en Rentería (Gipuzkoa). Al igual que en anteriores juicios, ambos se han negado a declarar. "No voy a declarar. No voy a participar. Así que niego defenderme", ha contestado Txapote.

Quien sí lo ha hecho es el escolta de Zamarreño, gravemente herido en el atentado. Juan María Quintana ha contado que "Manuel se fue por delante" y él escuchó "el estallido": "Vi que me faltaba carne". El juicio, donde la hija del concejal del PP ha estado presente, ha quedado visto para sentencia. Su hija Naiara Zamarreño ha asegurado que para ellos es "un logro": "No sabemos lo que va a pasar, pero hemos llegado hasta aquí... Lo más duro de todo el juicio ha sido ver esas caras y esas miradas de que no se han arrepentido de lo que hicieron".

Es tan solo un juicio más del que fuera número 1 de la banda terrorista ETA. Un miembro de los más sanguinarios, que no se ha arrepentido de ninguno de sus asesinatos y que estará en prisión hasta 2031. Ahora, la Fiscalía pide 120 años de cárcel para él y su pareja por este asesinato, uno más de los tantos que Txapote y Amaia cometieron contra inocentes en el País Vasco.