La Audiencia Nacional ha retomado este martes el juicio de la caja B del PP con las declaraciones de tres secretarios generales históricos del partido: Francisco Álvarez Cascos, Javier Arenas y María Dolores de Cospedal.

Los tres han negado las acusaciones del extesorero de la formación Luis Bárcenas, que les apunta como conocedores de la financiación irregular del partido. El miércoles, testificarán los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy.

Bárcenas ha señalado a Arenas como conocedor de la caja B y, según el extesorero, incluso habría una grabación que serviría de prueba entre los documentos que le fueron sustraídos en 2013 en la operación Kitchen. El exsenador asegura además que tanto Arenas como Álvarez Cascos cobraron sobresueldos.

Sin embargo, Arenas lo ha negado todo este martes. "Todas las cantidades que he recibido las he recibido vía transferenciay están declaradas en mi correspondiente IRPF", ha asegurado en su comparecencia telemática durante el juicio.

También le ha quitado hierro al hecho de que su nombre aparezca en los llamados 'papeles de Bárcenas': "No soy el único Javier que aparece en esos papeles ni tampoco el único Javier del PP".

En el caso de Cascos, Bárcenas asegura que fue el artífice de la financiación irregular durante su tiempo como 'número dos' del PP, entre 1989 y 1999. Un extremo que este ha negado en su declaración: "Todas mis retribuciones, absolutamente todas, estaban declaradas a Hacienda y eran a través de cheques nominativos o transferencias. El valor de esos apuntes es ninguno", ha aseverado.

Cascos incluso se ha reivindicado como parte del Ejecutivo que -ha defendido- acabó con la posibilidad de que se pagaran mordidas a cambio de contratos y ha asegurado que le sorprende que se hagan reproches "al Gobierno que puso fin a esto".

Cospedal niega que hubiera caja B

Sin embargo, el foco ha estado puesto en gran medida en la declaración de la ex secretaria general más reciente del PP: María Dolores de Cospedal. Entre otras cosas, por la enemistad entre la exministra de Defensa y Bárcenas; aunque ella ha negado durante el juicio sentir animadversión hacia él, sí ha reconocido su "desprecio" por el extesorero.

Cospedal ha defendido que "nunca" supo de una contabilidad paralela e incluso ha negado que existiera una caja B y un sistema de pago de sobresueldos. Ello, a pesar de que Bárcenas ha asegurado en varias ocasiones que la exsecretaria general con Rajoy los cobró, una acusación que ella ha negado rotundamente en su declaración, aseverando que no tiene conocimiento de tales prácticas.

"No conozco ni admito que haya ese sistema de pago de sobresueldos", ha afirmado Cospedal que, además, ha insistido en que nunca conoció donaciones que no fueran regulares y ha asegurado que su relación con Bárcenas -cuyo nombre ha evitado pronunciar durante buena parte de su declaración- acabó en febrero de 2009.

Asimismo, y pese a que la existencia de la caja B del PP ha quedado acreditada por el propio Tribunal Supremo, Cospedal ha sostenido que "esa supuesta contabilidad" sería del propio Bárcenas, aseverando que "de quien no era era del Partido Popular".

Dos testigos sí reconocen los pagos

Sin embargo, dos de los testigos sí han reconocido los pagos: los exdiputados del PP Jaime Ignacio del Burgo y Eugenio Nasarre.

En el caso de Burgo, ha reconocido que se pagó medio millón de pesetas a una víctima de ETA y también cuatro millones de pesetas para el entonces consejero del Gobierno de Navarra, Calixto Ayesa, que se hizo en metálico para que no quedara constancia.

"No queríamos que se pudiera conocer que un consejero del Gobierno del señor Alli estaba siendo financiado, aunque fuera por una compensación de unas deudas de la UCD, por el PP", ha asegurado.

Nasarre también ha reconocido un pago de 30.000 euros: "Dinero en metálico que me entregó el señor Lapuerta", ha señalado. Algo completamente legal, dice, pero que no reflejaron de dónde procedía a la hora de ingresarlo en la cuenta de su fundación: "Eran donantes anónimos".

Bárcenas pide al PP que se deje de cobardía

Por su parte, el propio Luis Bárcenas ha pedido a su formación que se deje de cobardía y que acepte que hubo una financiación irregular del partido.

"Lo único molesto es la cobardía de una serie de personas que no están dispuestas, como otros sí estamos haciendo, a reconocer que nos hemos equivocado, que hemos cometido errores, que nos hemos financiado irregularmente y que sabíamos lo que estábamos haciendo", ha expresado a preguntas de su abogado, Gustavo Galán, ante el tribunal.

"En una situación como ahora, en la que todos están fuera de la política y eso que se llaman responsabilidades políticas no se les pueden exigir... Me parece una cobardía, en términos coloquiales, no dar la cara", ha censurado Bárcenas, condenado a prisión por la primera pieza de la Gürtel.