La 'trama Púnica' marcó un nuevo hito para estar en vanguardia en el campo de la corrupción: el 'todo incluido'. La empresa Cofely ni pagaba las mordidas, se las facturaba a los Ayuntamientos. "Articularon una trama de facturas falsas para acometer el pago de los cohechos", asegura el juez Velasco en su auto.

Este nuevo modelo se experimentó en Collado Villaba y en Parla. Normalmente la ecuación funciona así: empresa consigue contratos de la Administración gracias a políticos y mediadores corruptos, y les paga comisiones por ello. En este caso Cofely llevó la corrupción a un nuevo estadio. Obtuvo los acuerdos de forma fraudulenta sin gastarse ni un euro.

La Guardia Civil cree que, antes de darle los contratos de iluminación a Cofely, se firmó a una auditora para que incidiera en la necesidad de apostar por la eficiencia energética. De esta forma se legitimaba el gasto de una millonada en alumbrado y se conseguía un dinero con el que después se pagaban las mordidas, porque la auditora era de David Marjaliza.