La corrupción es el segundo problema que más preocupa a los españoles y el encargado de luchar conta ella advierte que es urgente cambiar la manera de combatirla. Torres Dulce hace cuatro grandes denuncias. Una, sobre las leyes: "Legislación insuficiente y enrevesada", dice Torres Dulce. Un ejemplo es que no existe el delito de finaciación ilegal. Y todavía hoy a los diputados les cuesta reconocer que el problema está en las leyes.
La segunda gran denuncia del Fiscal General es sobre las instrucciones eternas, que generan tantos golpes de pecho como pocos remedios. De hecho el Gobierno, ha aprobado la instrucción colegiada, que no sean uno sino tres los jueces que instruyan, dice el minsitro, para ganar rapidez. Pero las asociaciones de jueces lo ven al revés.
El otro gran problema para Torres Dulce es la prescripción. La corrupción avanza mientras conocemos, por ejemplo, que alguno de los posibles delitos fiscales cometidos por Iñaki Urdangarin, ya no pueden ser perseguidos. Los indultos, como el que ha pedido Jaume Matas y cuya gestión de momento ha conseguido retrasar su ingreso en prisión al menos cinco meses más.
La sensación de impunidad del poder, advierte Torres Dulce, tiene un peligroso efecto espejo en la ciudadanía, que puede percibir que algunos delitos son jutificables. Lo sorprendente es el diagnóstico y la cura que propone el experto elegido por el gobierno, Benigno Pendás, que los políticos cobren más.