La presencia de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en la final de la Supercopa de España, celebrada en Arabia Saudí ha provocado numerosas reacciones. En un país donde las mujeres no disfrutan de los mismos derechos que los hombres, que Ayuso haya acudido sin velo y con un vestido con las mangas remangadas, ha servido para que desde las filas populares se saque pecho. No obstante, desde hace meses, las mujeres extranjeras no tienen la obligación de mostrarse con velo en Arabia Saudí.
El gesto de Ayuso ha sido aplaudido en el Partido Popular. El alcalde de Madrid, Martínez Almeida, escribía: "Esta noche Díaz Ayuso ha hecho más por los derechos y libertades de las mujeres que el feminismo de las bonitas y de los bonitos. Enorme", acompañando el mensaje con un vídeo de la presidenta entregando la medalla a los jugadores del equipo ganador, el Real Madrid. También Pablo Casado, que lo ha descrito como "un gesto de verdadero feminismo" la presencia y el vestuario de Ayuso, que incluso se atrevió a bromear con los mandatarios del país.
La propia Díaz Ayuso aseguraba que era "un orgullo presenciar cómo Arabia Saudí da pasos para la igualdad", celebrando el encuentro como una "final histórica" en la que "Madrid y España vuelven a ganar y demostrar la calidad de nuestro deporte a nivel mundial".
Y es que Arabia Saudí es considerado por la 'popular' un país que "empieza a abrirse" y que tiene "un futuro prometedor", unos calificativos que han sido duramente criticados en las redes sociales, ya que otras personalidades consideran su asistencia una forma de blanquear un régimen machista y hostil con las mujeres.
Es el caso de Gabriel Rufián, que reprochaba al alcalde de Madrid que "los derechos y libertades de las mujeres se defienden dejando de recortar en ayudas contra la violencia machista" junto, ha dicho, con sus "socios fascistas de Vox".
La realidad de la mujer en Arabia Saudí
Arabia Saudí tiene una de las legislaciones más machistas del mundo. Hasta hace tan solo un año las mujeres tenían prohibido conducir o entrar en un estadio de fútbol, e incluso ahora sólo pueden hacerlo en presencia de un varón. Aunque sí es cierto que durante el último año ha modificado muchas de sus restricciones más represivas, muchos expertos consideran que es sólo maquillaje para atraer el turismo al país.
Tan solo un mes antes de la Supercopa, las mujeres sauditas tenían que entrar por una puerta diferente a la de los hombres en los restaurantes del país y, aunque ya no es obligatorio que los locales tengan dos entradas diferenciadas, la segregación dentro del mismo sigue produciéndose.
Otras tímidas reformas aprobadas en 2018, como la autorización para que las mujeres puedan constituir su propia empresa, alquilar una vivienda sin permiso de su tutor y aspirar a obtener la custodia de sus hijos en caso de divorcio, son interpretadas por organizaciones de Derechos Humanos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch (HRW) como "una operación de lavado de cara" de monarquía absoluta saudí.