El porcentaje de positivos aumenta en las pruebas y los rastreadores no se detienen. "Cuando empezamos, no había mucho movimiento, pero hoy es completamente diferente. No paramos ni para beber agua", afirma Pilar Ramiro, enfermera y rastreadora en Ciudad Real. "En Salamanca se ha pasado de 200 a 45 rastreadores", Pilar Prieto, médica de familia en Béjar.

Sanidad dispuso un millar de rastreadores del Ejército hace dos semanas para cada Comunidad Autónoma, con el objetivo de apoyar a los centros de salud. Sin embargo, según señalan los expertos, esto resulta insuficiente: "Deja de ser eficiente a partir de una incidencia de 50 o 100 casos por 100.000 habitantes, y estamos por encima de 400-500", señala el epidemiólogo Juan Gestal.

La positividad de los test ha pasado de un 4% a un 16% en un mes, y los más afectados son los jóvenes. En este sentido, Pilar Ramiro denuncia que al mismo tiempo que los rastreadores trabajan "sin parar, se están celebrando eventos multitudinarios sin ningún tipo de medida de protección". "No tiene ningún sentido al final nuestro trabajo", lamenta.

Los expertos explican que se detectan más casos porque las pruebas se multiplican, ya que "el número de contactos por cada caso ha pasado de cuatro a 40", indica Gestal. Cada vez más personas se realizan el test rápido en la farmacia, y quienes son positivos se quedan en casa, pero también hay algunos que no lo notifican. "No nos podemos olvidar que el coronavirus es una enfermedad de declaración obligatoria y urgente", advierte Ramiro.

La atención primaria está saturada, y además, con personal de vacaciones. Por eso, hacen un llamamiento a que "las autoridades pongan más medios", tal y como reclama Concha Herranz, médica de atención primaria.

Reticencia a cumplir con la cuarentena en verano

Cumplir la cuarentena requiere voluntad, pero los expertos dicen que cada vez hay más reticencia a completarla en verano ante tanta movilidad. En este sentido, Andrea Hueso, epidemióloga del área de gestión sanitaria el sur de Córdoba, afirma que es "difícil aceptarla, sobre todo en tiempo en el que estamos, en el que las vacaciones incitan a todo el mundo a salir a la calle". Mientras, los rastreadores no bajan los brazos, ya que la pandemia del coronavirus (aunque parece que a algunos se les olvida) no ha terminado.