En el libro 'Nudo España', Iglesias y Juliana enfrentan dos visiones distintas de España en un momento político "extremadamente confuso", según avanza 'Arpa Editores', que ilustra el texto con una fotografía de los dos protagonistas conversando bajo la impresionante cúpula del Congreso.

"Quiero ser candidato y me presentaré a las primarias de Podemos, y el resultado determinará muchas cosas. Si las ganamos, o si somos la primera fuerza, tendremos que lograr un acuerdo de Gobierno. Si no, tendremos que buscar otro tipo de acuerdo, y allí se definirá mi futuro político", dice Iglesias en un extracto del libro facilitado por la editorial.

La Transición y el régimen del 78, la Monarquía, Cataluña, el feminismo, la competición en la derecha y el papel de la izquierda son algunos asuntos que repasa Iglesias con algunos argumentos que ya le hemos escuchado. Por ejemplo, que no va a haber nunca más un Gobierno "unipartidista", que Pedro Sánchez "es consciente de que necesita llegar a acuerdos" con Podemos para gobernar y que el próximo Ejecutivo será de coalición, ya sea de los morados con el PSOE o de Cs con el PP.

"Creo que la tentación de un tripartito de facto prorrégimen Ciudadanos-PSOE-PP cada vez es más inviable, y esto nos satisface porque hemos podido empujar la situación hacia un escenario que nos interesa", afirma.

Y dice que Sánchez sabe que está abocado a un "escenario de cogobierno", que por eso "va a querer prolongar la situación tanto como pueda siendo presidente de un Gobierno que ha podido decidir al cien por cien" y, en consecuencia, va a querer negociar con Podemos un programa social. Iglesias habla también de la viabilidad de imitar el modelo portugués en España con una alianza de fuerzas progresistas y apunta varias salvedades.

Explica que la "clase política portuguesa tiene una sofisticación de la que carece" la española, que no tienen que preocuparse de la cuestión territorial que en España es "determinante" incluso para la estrategia de la derecha, y que el Partido Socialista portugués del primer ministro, Antonio Costa, tiene mucho más peso: un 30%de votos frente al 10% de sus aliados.

Pese a esas diferencias, Iglesias señala como objetivo tras las elecciones autonómicas y municipales de mayo empezar a "normalizar una vía de gobierno a través de la formula de coalición en ayuntamientos y comunidades autónomas al estilo portugués", y construir un "modelo de gobernabilidad sin parangón en el continente".

Además de ensalzar la gestión de ayuntamientos en los que gobiernan, como Madrid y Barcelona, el líder de Podemos sostiene que la "garantía de que siempre va a haber una cierta estabilidad en España es el multipartidismo que ya domina la política".

Una característica que ve reflejada en el mismo debate de Presupuestos, que obliga a ponerse de acuerdo no solo al PSOE y Unidos Podemos, sino a fuerzas como el PDeCAT, más conservadora en temas fiscales, a ERC, y al PNV, partido al que define como "democracia cristiana vasca enemiga de los experimentos". "Creo que Bruselas tiene razones para estar más preocupada por otros países que por el nuestro", apostilla.

Respecto al conflicto catalán lo ve como un problema "criogenizado", "una especie de convidado de piedra que lo atraviesa todo", que se mantiene bloqueado por el choque de estrategias entre la Generalitat y el Estado; una situación en la que estima que "el exceso de judicialización podría ser nefasto". Vaticina que la cuestión catalana seguirá determinando la política española y alerta de que "podría tener consecuencias terribles" porque podría suponer que no salieran adelante los presupuestos e incluso desembocar en un gobierno de PP y Cs.

De la renuncia del exdirigente de 'los comunes' Xavier Domènech, Iglesias confiesa que "si obligas" a un historiador como él "a que invierta buena parte del tiempo a gestionar cosas que no le motivan ni le gustan, le estas alejando de sus inquietudes intelectuales y de su familia"; y ve "humano y normal" que diga que no le merece la pena y que no "es su gran pasión".

El secretario general de Podemos hace también algunas confesiones personales tras conocer de primera mano cómo cambian las prioridades al ser padre: "Tenemos que aprender todos a no colocar a nadie en un lugar que haga que su vida se desmorone".

"Antes de tener dos hijos me planteaba qué cosas quería hacer después de la política. Ahora básicamente quiero criarles y ocuparme de ellos, y el resto es secundario", afirma. Y concluye: "Creo que no me importaría tener más hijos. Soy muy excesivo en todas las decisiones que tomo. Fui excesivo en mi soltería; no tengo un perro, tengo tres. Supongo que ese exceso también se verá a la hora de seguir construyendo una familia, pero creo que mi futuro político va a estar determinado por las próximas elecciones generales".