El fundador de la Sociedad Española de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas, Emilio Bouza, ha entonado este martes en el Congreso un 'mea culpa' como miembro del sistema sanitario. Un gesto que ha sido elogiado por Antonio García Ferreras en Al Rojo Vivo.

Bouza ha señalado ante el Grupo de Trabajo Sanidad y Salud Pública de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica que, desde que el virus apareció en Italia con evidencia de transmisión de persona a persona, España perdió un "tiempo precioso" no inferior a 10 días, en reaccionar adecuadamente.

"La situación en Italia debiera habernos advertido", ha incidido el también miembro del Consejo Científico Asesor de la Fundación Gadea Ciencia, así, ha señalado como uno de los errores de España el haber aceptado que la enfermedad solo afectaría a China y que sería similar a otras anteriores, lo que llevó a que la estrategia nacional se basara inicialmente en la experiencia del ébola de pocos casos, muy localizados y con posibilidad de ser tratados en un único centro.

Por eso, ha explicado, en febrero se dio la orden de que todas las muestras se mandasen al Centro de Salud Carlos III, con lo que se asumió que el brote no se expandiría y se sobrevaloró la capacidad del sistema sanitario para confinarlo. "Afortunadamente, la Comunidad de Madrid no creyó en esto", ha destacado y, según ha relatado, llamó a sus microbiólogos y entrenó a cuatro grandes hospitales en hacer test de PCR. Eso, ha indicado, permitió que a finales de febrero estuvieran listos para afrontar el "aluvión que se venía encima", ha resaltado Bouza, que ha asegurado que, en materia de microbiología en el Hospital Gregorio Marañón, con el que colabora, no se ha sufrido "ningún problema basado en el ahorro".

"Sería profundamente injusto decir que la dirección del hospital y la Comunidad no se han volcado en hacer a veces lo imposible para conseguir los recursos", ha afirmado. Ha confesado que creyó erróneamente la información procedente de China sobre que la mortalidad era muy baja, incluso en los pacientes que ingresaban en sus hospitales.

La advertencia de Italia a finales de febrero

"Luego, nuestros compañeros italianos, nuestros residentes que trabajan en Italia nos llamaban a finales de febrero diciendo: 'esto es horrible, se mueren como chinches'", ha lamentado. A la tardanza en reaccionar, Bouza ha sumado otros errores como la deficiencia en el aprovisionamiento de material tanto en equipos de protección como de reactivos de laboratorio, la "estrecha" formación de los especialistas en áreas de cuidados críticos y que los servicios de microbiología no funcionen permanentemente.

Por ello, ha abogado por crear un gran centro nacional coordinador de emergencias o reformar los existentes, y por integrar a las residencias de mayores en los servicios sanitarios dada falta de servicios adecuados en estos centros y a la incapacidad de muchos servicios de coordinación de investigación para diseñar protocolos de actuación rápida.

Junto a estos errores, ha señalado otros de carácter estructural propios del sistema sanitario como no ensayar los planes de emergencia, estar excesivamente compartimentado, la carencia de servicios de microbiología en todos los hospitales y la excesiva especialización de los profesionales. "Son muy pocos los médicos que saben intubar a pacientes", ha lamentado Bouza, que también ha apostado por modificar los planes docentes y por mejorar las condiciones laborales de los profesionales.

Ha considerado además "vergonzoso" que España dependa de un solo proveedor de bienes de consumo sanitario y ha reclamado que las residencias de mayores, ya sean públicas o privadas, tengan una comunicación "fluida y real" tanto con la medicina primaria como con la hospitalaria. "Lo que yo haría es convertir las residencias de ancianos, a efectos de microbiología (...), en una especie de servicio más", ha señalado Bouza, que ha recalcado que "las muestras al final no son de privados o públicos, son de españoles o de gente que merece la atención del sistema sanitario".