Lazos amarillos, esteladas, cruces, pancartas…todos son símbolos y su colocación no es libre aunque hay matices: "La estelada está claro que es un símbolo independentista. El lazo amarillo suscita algunas ambigüedades" explica Xavier Arbos, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona.

Depende del espacio en el que se exhiban: si el ámbito es privado, su uso no suscita debate. "Solo faltaba que no lo pudiese llevar en la solapa. Otra cosa son los espacios públicos" asegura José Antonio Martín Pallín, magistrado emérito del Tribunal Supremo.

Aquí hay que diferenciar entre espacios públicos institucionales y espacios públicos que no lo son. Las instituciones representan a todos los ciudadanos, independientemente del partido que gobierne, rige la neutralidad marcada en la Constitución: "La Administración Pública sirve con objetividad los intereses generales".

Durante la campaña electoral de 2015, varios ayuntamientos catalanes, como el de Vic, colgaron esteladas en sus balcones. El Supremo vetó en 2016 ese uso partidista: "Las instituciones no deben tener ningún símbolo diferente de los símbolos oficiales" dice Arbos.

Plazas, playas, vías públicas...también han llegado hasta aquí. Puede colocarlos quienquiera dentro de su libertad de expresión, pero con límites: "Siempre y cuando no estén en contradicción con otras normas, como por ejemplo unas ordenanzas" explica Joaquim Bosch, portavoz de Juezas y Jueces para la Democracia.

Cuando de forma particular se retiran esos símbolos no todos los expertos coinciden. Para el magistrado Pallín "eso lo tiene que hacer los agentes municipales", mientras que Arbos defiende que "retirarlo como gesto político es algo tan propio de la libertad de expresión como colocarlo". Más dudas tiene Bosch: "A mí me parece dudoso. Quien no esté de acuerdo con ese símbolo, puede poner otro diferente. Es una muestra de menor calidad de la libertad de expresión".

Sobre la identificación por parte de los Mossos de aquellos que retiran los lazos: "El retirar los lazos no puede ser objeto de una sanción, ni dar lugar a la intervención policial" asegura Arbos. "Si no ha habido ningún conflicto, sobra la identificación" defiende Pallín. La Fiscalía General del Estado no ve delito ni en poner ni en quitar símbolos.