Para los corruptos ya no hay perdón que valga. Es lo que argumenta la Audiencia Provincial de Barcelona para mandar a la cárcel a los tres condenados por el caso Pallerols.
El empresario Fidel Pallerols y dos exdirigentes de Unió Democrática de Cataluña fueron condenados en enero por fraude y malversación de fondos públicos.
Aceptaron el delito y pactaron unas penas muy bajas: entre siete meses y un año y medio de cárcel.
Porque lo habitual, hasta ahora, era que si los condenados no tienen antecedentes, no entran en prisión. Pero, a día de hoy, con la corrupción política a la orden del día, los jueces han decidido no perdonar.
Los tres condenados admitieron haberse quedado con las ayudas económicas que daba la Unión Europea a los parados. Usaron el dinero para enriquecerse y para beneficiar al partido. Su entrada en prisión no será inmediata porque pueden recurrir, e incluso atreverse a pedirle el indulto al Gobierno.