Jordi Pujol dará explicaciones en el Parlament, aunque no está obligado a hacerlo. Así se lo recuerda a su presidenta Núria de Gispert en una carta que le ha enviado este martes. El expresident de la Generalitat pide que, dada su buena voluntad, se fije una fecha a partir del 22 de septiembre para que declare ante el hemiciclo catalán.
“Se atreve a marcar la agenda política. Esto parece una tomadura de pelo”, ha considerado Santiago Rodríguez, portavoz adjunto del PP en el Parlament.
El argumento de Pujol para posponer la cita es no contaminar los importantes acontecimientos políticos que se avecinan para Cataluña. De esta forma, en la carta, Pujol explica que “ya que no estoy obligado, y teniendo en cuenta que durante este mes de septiembre se producirán hechos de gran voltaje político, deseo que mi comparecencia interfieran lo menos posible”.
La Diada es la primera de esas citas. Será el 11 de septiembre. Tras el evento, del 15 al 18 del mismo mes se celebrarán en el Parlament dos importantes debates: el de política general y el de la Ley de Consultas, que en principio se aprobará el día 19. Además, el día 15 declararán ante el juez Jordi Pujol Ferrusola y su exmujer Mercé Gironés.
Conocer sus declaraciones le podría evitar dar pistas innecesarias durante su comparecencia. Sin embargo, a la mayoría del Parlament no les basta con el compromiso de Pujol. Todos los grupos, a excepción de CiU y el PSC, anuncian una comisión de investigación.
“Mañana, con los grupos parlamentarios que podamos converger en esta petición conjunta, presentaremos esta solicitud”, ha señalado Gemma Calvet, diputada de ERC en el Parlament. Por su parte, los socialistas prefieren escuchar antes de decidir.
“Creo que la secuencia lógica es: valoración política, petición de comparecencia, comparecencia y, en función de las explicaciones que proporcione, los grupos decidiremos qué hacer”, ha considerado Maurici Lucena, portavoz del PSC en el Parlament.
Parece que a Pujol le va a resultar difícil escapar con una simple comparecencia forzada.