De la propia Constitución nace la ambigua interpretación de Mariano Rajoy. 'Sí' al encargo del rey, pero la investidura no está clara. Ley en mano Mariano Rajoy debe, textualmente, someterse a la confianza del Congreso. "El candidato propuesto por el rey tiene que asistir al Congreso de los Diputados a solicitar la confianza de la Cámara", detalla Roberto Blanco, catedrático de Derecho Contitucional.

Además, es la presidenta del Congreso la que tiene que fijar una fecha. "Esta Cámara dará un tiempo", destaca Ana Pastor. "Si no se llega a un acuerdo entre el candidato propuesto y la presidenta de la Cámara habrá un vacío legal", explica Esteban Arlucea, profesor de Derecho Constitucional.

La fecha está en el aire porque Rajoy la condiciona. "Lo supedita a conseguir apoyos que todavía no tiene" aunque el presidentes en funciones sigue manteniendo que "buscará" los apoyos. Además, el PP hace su propia lectura. "Nuestro trabajo consiste en hacer la investidura por encargo del rey lo antes posible, rompiendo el bloqueo", señala Javier Maroto, vicesecretario de Acción Sectorial de los populares, mientras que Martínez Maíllo, vicesecretario de Organización del PP, indica que "la Constitución contempla unas posibilidades, pero otras no las contempla y, por tanto, no las prohíbe".

Aunque algunos expertos hacen otra interpretación más flexible. "La Constitución usa un futuro imperativo, podríamos entender que no hay una obligación formal", declara Antonio Bar, catedrático de Derecho Constitucional. Pero no presentarse, traería consecuencias. "Si no hay investidura estaría forzando un conflicto con la Corona", detalla el experto Joaquín Marco. Por eso, "se tiene que presentar sí o sí", destacan. "Sería una burla a la Constitución y una traición a la confianza del rey", lamenta el catedrático Fernando Álvarez-Ossorio.

Por su parte, la oposición lo tiene claro. "Tiene que presentarse, no puede dar una espantada", señala Antonio Hernando, del PSOE, mientras que José Manuel Villegas, de Ciudadanos, indica que "no caben las aceptaciones condicionadas". De momento, no corren los plazos, pero sí pasan los días. Urge resolver esta situación inédita que pone en un brete asuntos pendientes como los presupuestos o los compromisos con Europa.