Se trata del acto central de la campaña de protestas y acciones llamada 'Mayo global', que se ha desarrollado bajo el lema 'De la indignación a la rebelión: escrache al sistema'.
Tres columnas de manifestantes han partido desde Atocha, Colón y el Templo de Debod para confluir, bajo la supervisión de un fuerte dispositivo policial, en la céntrica Puerta del Sol, donde hace dos años nació este movimiento.
Allí los asistentes han simbolizado con un 'grito mudo' su desacuerdo con la austeridad y los recortes que se aplican como salida de la crisis y en defensa de la sanidad y la educación pública. Los indignados han empapelado con carteles la cúpula de cristal de la estación de metro y cercanías de Sol.
Mientras se avecinaba la hora, la gente adquiría, a cambio de la voluntad, chapas de diversos colectivos sociales, como los antidesahucios o los de defensa de la sanidad y la educación, en un puesto de merchandising. A continuación, se han abierto asambleas de debate en las plazas cercanas.
Las marchas se han desarrollado sin incidentes, en un ambiente reivindicativo y festivo, con gritos y carteles que ya son un clásico en este tipo de manifestaciones, como el habitual "Que no, que no nos representan" o "El próximo parado que sea un diputado". También "Terrorismo es no llegar a fin de mes" o "No es un suicidio, es un asesinato".
De hecho, las proclamas de la Plataforma Antidesahucios han estado muy presentes y han podido verse pancartas alusivas: "No te quedes en casa, podrían quitártela".