Pocos minutos después,
la propia ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena
Valerio, ha indicado que, "más que reservón o que haya cambiado de
criterio, en el Gobierno se tienen mayores dosis de pragmatismo porque conoce
el apoyo parlamentario con el que cuenta".
"Nos encantaría
tener mayoría parlamentaria, con 202 diputados como tenía Felipe González.
Iríamos al 100% o al 150%, pero tenemos una aritmética parlamentaria muy
compleja", ha admitido Valerio, que se ha mostrado partidaria de ir
trabajando en un nuevo Estatuto de los Trabajadores para ponerlo en marcha a
partir de 2020.
Y mientras eso llega, la
ministra ha abogado por intentar alcanzar acuerdos puntuales pero
"importantes" con los agentes sociales y con apoyo político, en
temas, ha precisado, como la prevalencia de convenios sectoriales sobre los de
empresa, la 'ultraactividad' o la lucha contra la temporalidad.
"Podemos retocar
una serie de temas con consenso político y social. He visto muy buena
disposición en sindicatos y empresarios", ha apuntado. Tras reunirse en el
Palacio de La Moncloa por espacio de dos horas con Sánchez y Valerio, los
dirigentes sindicales han señalado que, cuando piden derogar las últimas
reformas laborales no se refieren a volver a poner la legislación a como estaba
en 2009, sino de "reformular" estas reformas para modernizar el sistema
de relaciones laborales.
"Hay que modificar
en profundidad la actual legislación laboral", ha insistido Sordo, que ha
explicado que estos cambios legales se pueden orientar desde el Acuerdo
Interconfederal de Negociación Colectiva (ANC) que los sindicatos están cerca
de alcanzar con CEOE y Cepyme, aunque no de manera inminente.
A partir de estas
orientaciones, han explicado los dirigentes sindicales, se tendría que abrir
otra fase en la que buscar acuerdos tripartitos para cambiar las últimas reformas
laborales, aunque CCOO y UGT entienden que la legislación laboral tiene que
modificarse sí o sí, "con las organizaciones empresariales si fuera
posible".
"Se pueden adoptar
medidas desde ya y si alguna viniera del consenso con la CEOE, sería estupendo.
Si no, habría que decidir cómo se atacan algunas de las medidas", ha
explicado Sordo. Su homólogo de UGT, Pepe Alvarez, ha dejado claro que él
"no encuentra elementos" ni en la reforma de 2010 (hecha por un
Ejecutivo socialista) ni en la de 2012 (llevada a cabo por el Gobierno del PP)
que hayan aportado algo positivo al desarrollo económico y social de los
trabajadores.
A las demandas
sindicales de cambiar la legislación laboral, el líder de CCOO ha apuntado
que el Gobierno "no se ha comprometido" en esta reunión a decir qué
pretende hacer con los aspectos centrales de la reforma laboral.
"Nos ha dicho que
los acuerdos bipartitos (sindicatos-empresarios) serían bienvenidos, pero en
materia laboral creemos que esos acuerdos pueden ser muy parciales, por lo que
le vamos a pedir que busque apoyos parlamentarios para cambiar la reforma. El
Gobierno ha estado reservón (sobre este tema), si se me permite la expresión",
ha apuntado Sordo.
Por su parte, desde las
organizaciones empresariales, el presidente de Cepyme, Antonio Garamendi, ha
afirmado, al ser preguntado por los planes del Gobierno respecto a la reforma
laboral, que "los términos en política son unos, y en la vida real,
otros". "Ha habido 55 reformas laborales en los últimos tiempos, más
de 7.000 leyes laborales. Lo de derogar... Es un mensaje ideológico. Nosotros
siempre estamos a favor de una evolución y estamos ahora a la expectativa.
Cuando nos sentemos más seriamente con la ministra veremos qué se puede y se
quiere cambiar", ha apuntado.