Durante su declaración Granados sólo reconoció una cosa: que escondió cerca de un millón de euros, en casa de sus suegros, durante nueve años. "Mis suegros no lo conocían. Creían que había guardado ahí, los pobres, unos papeles", aseguró ante el juez.

Una afirmación que sorprendió al juez Velasco. "¿Y dice que guardó ese dinero durante nueve años en un altillo?", preguntó el magistrado.

Granados dedicó las dos horas y media a desmentir a Marjaliza, empezando por su relación con él. "A ver si puede contrastar o acreditar de alguna manera que yo he sido de este señor socio alguna vez en algo. En nada. Jamás. O que me ha dado algo. Jamás me ha dado nada", afirmaba.

También desmintió las anotaciones de su agenda, que son prueba fundamental de Púnica. Por ejemplo, las siglas 'Me', 'Yo' en inglés, que Marjaliza asegura que es el propio Granados. Él dice que no, que se trata de un proyecto de la Comunidad de Madrid llamado Municipios Estratégicos.

También que los números en las siglas no son comisiones, sino asistentes a actos del PP y desmintió que JLM fuese Javier López Madrid, uno de los grandes donantes de los populares. Él señala a José Luis Moreno. "Creo que 'JLM', porque ya le digo que esto es de hace 13 o 14 años, debe ser alguno de los colaboradores en campaña, desde luego yo recuerdo al que se llamaba José Luis Moreno", insistía Francisco Granados.

Asegura que tampoco le dio nada al informático Alejandro de Pedro, otro de los investigados. "Nada. En absoluto, jamás. Alejandro de Pedro y yo tenemos una relación normal, como dos personas que se conocen muy someramente", aseguraba.

Y aprovechó para elogiar a Esperanza Aguirre. Aunque aseguró que era ella quién nombraba a todos los altos cargos. "Los ha nombrado Esperanza Aguirre, lo cual no quiere decir que yo establezca ningún velo de sospecha ni de crítica ni nada de nada sobre Esperanza Aguirre, a la que considero una persona honrada, cabal", insistía.

Una declaración que fue aprobada por su abogado. "Esa forma de decir verdad es donde él encuentra la fuerza moral para seguir aguantando la situación en la que se encuentra", explica su abogado, Carlos García de Ceca.

Tras dos años en prisión, el que fue número dos de Aguirre, volverá a comerse el turrón en prisión.