Entre 2015 y 2019, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE) registraron hasta 601.416 casos de violencia contra la mujer en España. Así lo expone un informe recientemente publicado por el Ministerio del Interior que comprende dicho periodo y en el que se detallan otros datos preocupantes: entre ellos, que es la violencia psíquica la que más sufren las mujeres (51%), seguido de la violencia física (39%), la violencia sexual (7%) y la violencia económica (3%); también, que el 75% de las víctimas de nuestro país tienen nacionalidad española, y que son las mujeres que tienen entre 18 y 40 años las más afectadas por estas violencias.

En el propio documento se alerta de que, durante los últimos años, la tendencia en las victimizaciones –no confundir con víctima– contra la mujer ha mostrado "un patrón de crecimiento, alcanzando su pico máximo en agosto de 2015, coincidiendo con la entrada en vigor de la reforma del Código Penal". A partir de ese año, y hasta 2019, se observa un aumento de las victimizaciones por todos los tipos de violencia, siendo especialmente descarada la subida de la violencia psíquica (pasa de los 59.706 casos registrados el primer año a los 66.565 el último) y de la violencia sexual (De los 6.692 notificados en 2015 a los 11.525 en 2019). En el resto de violencias, si bien no hay una tendencia al alza clara, sí se observa un repunte en el último año frente a los anteriores.

Tan graves son estos datos como los que refleja el informe referidos al tipo de relación que mantiene la víctima con el agresor según el tipo de violencia perpetrada. Es alarmante: la inmensa mayoría de casos por tipo de violencia, por grupos de edad y por nacionalidad registrados en los últimos cinco años vienen dados por la violencia de género (relación de cónyuges, parejas, exparejas, separados o divorciados), seguido, en menor medida, por la violencia doméstica (madre, hija, etc.) o por relaciones de otra naturaleza (vecinos, compañeros de trabajo, estudiantes…). No sólo eso: los tres tipos de violencia según la relación de la víctima con el autor han repuntado o ascendido considerablemente, especialmente en 2019.

Un estudio que también abarca el grado de impacto de estas violencias contra las mujeres según la edad de las mismas, aunándolas en seis grupos principales: menores de edad, de 18 a 30 años, de 31 a 40, de 41 a 50, de 51 a 65 y mayores de 65 años. Así, en términos porcentuales, el Ministerio ha constatado que la violencia sexual se da con mayor frecuencia en las menores de edad. En cambio, el grupo de 18 a 30 años sufre mayoritariamente la violencia física. Y el grupo de mujeres con entre 31 y 40 años es el más afectado por la violencia psíquica y violencia económica. Por supuesto, esto no quiere decir que estos grupos sufran exclusivamente las violencias nombradas. Al contrario, en todos los rangos de edad se dan en mayor o menor medida todos los tipos de violencia.

Hay un crecimiento paulatino del total de la violencia contra la mujer, especialmente durante los tres últimos años"

Informe Ministerio del Interior

Con estos datos, Interior ha dejado claro que "la violencia de género es el tipo de violencia que más ha crecido estos últimos años, auspiciado principalmente por el crecimiento de la violencia psíquica". Precisamente, ahondado en esta cuestión, han destacado: "Se desarrolla un crecimiento paulatino del total de la violencia contra la mujer, especialmente evidente durante los tres últimos años de la serie estadística considerada". El informe es explícito e insiste en esta última afirmación, datos mediante: en prácticamente todos los apartados, si los índices de violencias contabilizados en los últimos cinco años no han parado de crecer, al menos sí han vuelto a repuntar en el lapso de los dos últimos años.

Por tipología penal (donde se recogen tanto los delitos consumados como las tentativas), desde 2015 han crecido notablemente los casos de malos tratos en el ámbito familiar (contexto de violencia que han sufrido hasta la fecha 306.087 mujeres, el 50,9%). Tampoco han dejado de aumentar, año tras año, los casos de quebrantamiento de las órdenes de protección y de alejamiento (7,7%), los de abuso sexual (3,9%) y los de acoso contra la libertad de las personas (2,1%). A estas cifras se añade un dato igual de preocupante: en 2019 se contabilizó un repunte en el resto de victimizaciones estudiadas por tipología delictiva. En todas: en los casos de malos tratos habituales en el ámbito familiar (10,7%), de amenazas (6,9%), de lesiones (4,1%), de impago en prestaciones económicas (2,8%) y de coacciones (1,8%).

Distribución de las victimizaciones por tipología delictiva

Pero ¿dónde se suelen perpetrar estos tipos de violencia contra la mujer? Especialmente, en viviendas y anexos (375.581 casos, el 64,1%), en vías de comunicación (139.074, 23,1%), en establecimientos (30.936, 5,1%), en instalaciones y recintos (29.438, 4,9%), en espacios abiertos (2,3%) y, finalmente, en los medios de transporte (2.433, 0,4%). Tal y como sucede en los casos estudiados por tipología penal, también han repuntado en el último año –cuando no han aumentado directamente– los casos de violencias registrados en todos los lugares indicados. Cabe destacar que todos los casos mostrados en el informe fueron añadidos a lo largo de los últimos años por agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (FFCCSS), sin que, según ha matizado Interior, "se descarte que en determinadas circunstancias lo puedan hacer otros usuarios".

El peligro de la pandemia

Si en los últimos años parece haber mejorado la capacidad de contabilizar, procesar y responder a las denuncias por violencia machista, la pandemia de coronavirus podría haber provocado graves consecuencias en este aspecto para las mujeres; primero, por un posible incremento en los tipos de violencias perpetradas en el ámbito familiar por el confinamiento; y segundo, por la capacidad de respuesta de las instituciones en situaciones de difícil acceso. La prueba: sólo en abril de 2020 aumentaron un 60% las llamadas al 016 y las consultas online crecieron hasta un 200%.

En contraposición, y por la situación excepcional de encierro que atravesaban los hogares españoles, sí variaron los índices de mortalidad por violencia machista. Si bien, según los datos expuestos de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, el número de mujeres asesinadas por este motivo en nuestro país iba en aumento desde 2016 -49 ese año, 50 en 2017, 51 en 2018 y 55 en 2019-, el confinamiento provocó un leve descenso en estos datos, registrándose 45 víctimas mortales por violencia machista en 2020. El total, no obstante, sigue siendo desgarrador: 1.078 mujeres muertas desde 2003, año en que se empieza a obtener los primeros registros.

Por tipos de violencia, ha sido la psicológica la que más han denunciado las mujeres en los últimos años, seguida de la física. Al contrario, la violencia sexual es la menos representada, seguida del acoso y de las amenazas. "La violencia física y la psíquica denunciada es considerada mayoritariamente de tipo leve, a diferencia de la violencia sexual y de las amenazas donde se aproximan más las cifras", ha apuntado el Ministerio del Interior en su informe.