Artur Mas guarda para siempre en el cajón a Convergència Democrática de Catalunya. O al menos, a ese nombre. El President en funciones concurrirá a las generales con la lista Democràcia i Llibertat, la semilla, anuncia, de un nuevo partido. Según él mimso afirma: "Es una tarea potente para construir un partido nuevo al servicio del país".

Un proyecto que muchos consideran una cortina de humo con la que ocultar unas siglas marcadas por la corrupción. Josep Antonio Duran i LLeida, presidente Uniò ha dicho que "es evidente que lo que se propone es un nuevo partido que esconda las siglas de Convergència".

También los populares consideran evidentes las verdaderas intenciones del president en funciones. Pablo Casado, vicesecretario de Comunicación considera que se trata de "la crónica de una muerte anunciada".

Pero frente a las críticas, el partido de Mas habla de simple y sana evolución. Josep Rull, coordinador general de CDC, ha hablado de "evolución". 

Mas califica este nuevo partido como una refundación de Convergencia, para Carme Chacón es una "defunción".

El nuevo proyecto, todavía sin nombre, llegará a principios de año. Con él, Artur Mas pone fin a 40 años de historia de Convergència Democratica de Cataluña, a un partido asediado por la corrupción.