En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros,
Celáa ha asegurado que "cuando el Tribunal Supremo está haciendo su
tarea no es sensato anunciar un viaje a Waterloo para insistir en una política
de confrontación que sólo beneficia a los más radicales".
En este sentido, ha lamentado que "quienes defienden la
acción de la justicia española" contribuyan a "internacionalizar la
tensión y el daño causado por el independentismo".
Frente a esta actitud, la ministra ha defendido la apuesta
por los principios de "diálogo y ley" que quiere mantener el
Ejecutivo, y a renglón seguido ha recordado las palabras del rey Felipe VI,
quien esta misma semana advirtió de que "no es admisible apelar a una
supuesta democracia por encima del derecho", ha recordado.
Se trata de una "simple ecuación", ha apostillado,
"que comprenden todos los ciudadanos" y que "bien saben"
los independentistas, de quienes ha enfatizado que "no han conseguido ni
una sola de sus exigencias anticonstitucionales".
Celáa ha dirigido también un mensaje al "resto" de
las fuerzas parlamentarias para puntualizar que "no se puede aspirar a una
aplicación punitiva y perpetua de la ley contra quienes no piensan igual"
ya que "en un Estado de Derecho ni la ley puede ser ilegal ni la justicia
injusta".
En su comparecencia ante la prensa, Isabel Celáa ha hecho
una reflexión sobre la "crispación y la falsedad" que presiden la
vida política pese al empeño de "moderación y responsabilidad" del
Gobierno, algo que a su entender ha quedado demostrado en las últimas sesiones
plenarias celebradas por el Congreso y el Senado.
Porque en ambas Cámaras, ha recalcado, "la bronquedad y
las insidias han ensuciado el legítimo debate político, de nuevo prevaleciendo
el insulto frente a la dialéctica".
Ha argumentado también que frente las "falsedades del
relato independentista" el Ejecutivo siempre ha apostado "por la
sensatez" y por ello "no se va a cansar" de buscar
"espacios de diálogo y moderación".