Sus dimisiones eran la gran "línea roja" marcada por Ciudadanos para apoyar la investidura de Cifuentes, y sólo han tardado 48 horas en presentarlas. Victoria, el primero en hacerlo, lo ha explicado de forma muy clara: "Para que su permanencia en el cargo no pudiera ser un impedimento para la configuración de un gobierno del Partido Popular".

Lucía Figar tampoco quiere perjudicar al partido ni a la candidata popular, ha dicho en su marcha. Albert Rivera no confirma que estas dimisiones aseguren el acuerdo, pero ayudan a ello: "Acercamiento no es la palabra, pero no había ninguna posibilidad". La propia Cifuentes dejaba en manos de los hasta ahora consejeros, o de su todavía jefe, tomar la decisión: "Tienen que ser ellos o Ignacio González, que es quien los nombra".

Victoria y Figar tendrán que explicar al juez Velasco sus vínculos con las empresas de la trama Púnica, aunque el hasta ahora portavoz de la Comunidad siempre negó las acusaciones. Ambos imputados ya anunciaron que no seguirían en política una vez se agotase la legislatura.