La detención de López Madrid se produjo tras viajar desde Londres a Madrid, supuestamente sólo para declarar ante la Guardia Civil. Tras dos horas de interrogatorio, los agentes de la UCO le comunicaron su arresto.

La razón, una presunta mordida de 1,4 millones de euros que el consejero delegado del Grupo Villar Mir habría pagado directamente a Ignacio González a cambio del contrato del tren a Navalcarnero.

La clave, un misterioso documento que publica El Español: se trata de una supuesta transferencia por ese 1.400.000 euros a una cuenta del Anglo Irish Bank de Ginebra. La fecha, septiembre de 2007.

El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid aprueba la adjudicación tren de cercanías sólo unos días después: el 11 de octubre. La inversión, astronómica.

Esperanza Aguirre y Génova conocían, según varios medios, el documento desde 2009. Pero o no le dieron o no le quisieron dar credibilidad. Lejos de considerarlo calumnioso, para los investigadores ha resultado fundamental para detener al número dos del Grupo Villar Mir.

Es su consejero delegado, además de yerno del propietario del Grupo, Juan Miguel Villar Mir. No es, ni mucho menos, alguien ajeno a los escándalos judiciales. Fue uno de los condenados por apropiación indebida como usuario de las tarjetas black de Caja Madrid.

Además, es uno de los investigados en la operación Púnica como presunto benefactor del PP madrileño. Según los apuntes en la agenda de Granados, López Madrid aportó hasta dos millones de euros a la caja B del partido.

Según fuentes de la investigación, su suegro podría ser imputado en breve. Sería su segunda causa judicial, tras la de los célebres Papales de Bárcenas.