Política xenófoba

"Colapsaría el sistema": así quedaría España sin los ocho millones de migrantes que Vox quiere fuera

El contexto Aunque este martes han intentado recular, la portavoz de Vox llegó a afirmar que querían expulsar siete u ocho millones de migrantes. En laSexta hemos analizado qué pasaría si se eliminaran de un plumazo. 'Spóiler': el sistema colapsaría. Lo dicen los expertos.

Inmigrantes ocupados.
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Francisco, agricultor sevillano, tiene un mensaje para los que amenazan con deportar migrantes de España: "Tendrán que coger ellos las aceitunas. Tendrán que venir al tajo y coger ellos las aceitunas". Él da el mensaje que en laSexta hemos explicado hasta la saciedad: España no puede vivir sin ellos, sin los migrantes. Lo contamos en la serie de reportajes 'Sin ellos', que documentó cómo los migrantes son imprescindibles en actividades como los cuidados, la mensajería o la construcción. Ellos ocupan la mayor parte de estos empleos y, sin ellos, no se podrían llevar a cabo estos servicios.

Aun así, la idea no cala en algunos entornos, como Vox, quien acaba de defender una expulsión masiva de migrantes, incluso ya nacionalizados, si "no se adaptan a nuestras costumbres". Así, ¿qué pasaría si España deportase a ocho millones de migrantes? "Un auténtico apocalipsis para el propio sistema económico", apunta Massimo Cermelli, profesor de Economía de la Deusto Business School, quien asegura a laSexta que el sistema "colapsaría desde el punto de vista del crecimiento".

Actualmente, en nuestro país hay casi nueve millones y medio de migrantes en distinta situación, de los que más de 7,5 millones están ocupados, lo que supone el 85 % de ellos. Por ello, expulsar a ocoho millones equivaldría a perder al 20 % de toda nuestra fuerza laboral. "Si desaparecieran de golpe, está claro que muchos sectores de actividad, o desaparecerían, o tendrían que ser mucho más pequeños de lo que son en la actualidad", apunta Carmen González, investigadora principal del Real Instituto Elcano.

Casi tres de cada cuatro trabajadores de servicios domésticos son migrantes. La mitad de nuestros hosteleros también lo son. Como un tercio de los trabajadores de la construcción o del campo. O un cuarto del transporte y distribución.

Dejar de apostar por ellos quiebra nuestro sistema económico y nuestro laboral. Y la prueba la tenemos al otro lado del charco, porque Trump ya ha deportado a un millón de migrantes y su economía lo está notando.

"Los datos de las deportaciones, es decir, la reducción de la oferta laboral, ya está empezando a impactar junto con la introducción de los aranceles", sostiene Cermelli.

La clave, una vez más, no está en echarlos. Sino en adaptar el sistema para facilitar su integración.