Cataluña ha conmemorado este sábado el quinto aniversario del referéndum del 1 de octubre de 2017 sin vicepresidente de la Generalitat por el cese de Jordi Puigneró y en medio de una crisis de confianza entre los partidos del Govern, ERC y Junts.

Al acto celebrado frente al Palau de la Generalitat han acudido 11.000 personas, según la Guardia Urbana, y en la manifestación se han oído consignas a favor de Puigdemont, pero en contra del Govern y de Pere Aragonès.

Abucheos también para la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, quien durante el evento ha pedido una estrategia común al independentismo.

En cambio, Laura Borràs sí ha sido recibida entre aplausos. Después del cese del vicepresident Jordi Puigneró, quién se ha dejado ver, Borràs se ha referido a la crisis entre Junts y Esquerra: "Hasta que haya este tiempo habrá la posibilidad de la negociación abierta. Las propuestas que se hacen son propuestas asumibles porque se basan en acuerdos que son acuerdos que se han firmado", ha declarado.

Antes, Aragonès, en una entrevista en 'La Vanguardia' pedía una decisión a su socio sobre su continuidad. Asegura que de no hacerlo y de alargarse la crisis "innecesariamente", será él quien tome la decisión.

Pero pese a la división en el Ejecutivo, el expresidente de la Generalitat catalana Carles Puigdemont, ha instado a todos los independentistas a "llenar" el Arco del Triunfo, que ha acogido el acto principal del 1-O.

"Por muchos motivos. Por mucha gente. La independencia la culminaremos si no se activa el motor ciudadano. La fantasía del diálogo y la autonomía menguante se han convertido en artefactos paralizantes. Revirtámoslo", ha destacado Puigdemont haciendo un llamamiento a la sociedad catalana.

Así se gestó la crisis

La crisis entre los dos partidos del Ejecutivo catalán que arrastraba hace meses estalló cinco días antes de la celebración del quinto aniversario del 1-O. En concreto, cuando en el Debate de Política General, que tuvo lugar el martes en el Parlament, Junts pidió al presidente de la Generalitat catalana, Pere Aragonès, que se sometiera a una cuestión de confianza que rechazó al momento.

Tras ello, Aragonès convocó una reunión extraordinaria del Consejo de Gobierno y se reunió también con el secretario general de Junts, Jordi Turull. Después de horas abordando la crisis, el presidente catalán cesó al vicepresidente de la Generalitat Jordi Puigneró por no haberle informado de que su partido le iba a plantear la citada cuestión de confianza. Junts calificó esta reunión de "error histórico" y el jueves de esta semana reunió a la ejecutiva de su partido para decidir si continuar o no en el Govern.

Tras horas de reunión, decidieron que será la militancia la que decida en una consulta los días 6 y 7 de octubre si la formación presidida por Laura Borràs abona el Ejecutivo de Cataluña. Antes de esta consulta, Junts hizo llegar a Aragonès una propuesta con “concreciones, garantías y plazos” para cumplir tres puntos del acuerdo de gobierno firmado el año pasado que son la "unidad estratégica, la negociación sobre la amnistía y la autodeterminación, y la coordinación en Madrid".