La construcción del Valle de los Caídos comenzó cuando Franco decidió que quería crear un mausoleo en el entonces Valle de 'Cuelga Moros'; nombre que se cambió en el s.XIX por 'Cuelgamuros'.

Al principio, los trabajadores eran obreros libres que vivían cerca de las obras. Sin embargo, cuando el dictador visitó la construcción, le pareció que la cripta era demasiado pequeña y decidió hacerla más grande.

Además, quería que su construcción se acabase antes de lo previsto. Un cambio, que solo podía efectuarse de una manera: empleando obreros esclavos, la mayoría presos políticos.

"Vivíamos en unos barracones de madera, hacinados, claro. En el que me tocó dormir seríamos unos 60 u 80", ha explicado Nicolás Sánchez Albornoz, uno de los presos políticos que trabajo en el Valle.

Murieron, de forma oficial, 14 obreros en la construcción del mausoleo, pero muchos más acabaron con silicosis, causada por la inhalación del polvo durante la obra.

"Todo el que trabajó salió con silicosis", ha señalado Fernando Taguas, uno de los trabajadores libres de Cuelgamuros.

Una enfermedad que provoca una muerte que no es inmediata, sino que, tal y como ha apuntado Nicolás Sánchez, "llega a los tres, cuatro o cinco años".

La Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos fue inaugurada por Franco en 1959, con mensajes de odio hacia sus opositores. "La 'Antiespaña' fue vencida y derrotada, pero no está muerta", leía el dictador ante sus simpatizantes. El drama aún no había acabado.