Los equipos de rescate siguen buscando a los nueve trabajadores desaparecidos tras el corrimiento de tierra ocurrido este martes en una mina de oro en Erzincan, al este de Turquía, mientras continúan también los esfuerzos por evitar que peligrosos químicos lleguen al río Éufrates. Paralelamente, varios trabajadores de la empresa Anagold, propietaria de la mina, han sido arrestados. Según Europa Press, los detenidos trabajan como gerentes y administradores de la compañía.

"La labores siguen sin pausa. Nuestro único objetivo es localizar a estas nueve personas. Es una tarea difícil, pero continuamos día y noche, llueva o truene", ha asegurado este miércoles el ministro del Interior, Ali Yerlikaya, citado por Efe, durante una visita a familiares de los mineros. El ministro ha precisado que cinco de los obreros se encontraban en una caseta prefabricada cuando sobrevino el desastre, mientras otros tres operaban en una máquina de obras y otro trabajador conducía un camión.

Más de 330 expertos en búsqueda y rescate se encuentran en el lugar, como parte de un dispositivo de 1.700 personas que se esfuerza en localizar a los desaparecidos, apoyados por más de 600 vehículos, 32 excavadoras, seis drones y cinco detectores de metal, según ha detallado Yerlikaya. Los detectores de metal son la principal esperanza, ha explicado, ya que con ellos se deberían poder localizar la caseta y los vehículos en los que quedaron atrapados los obreros al ocurrir el alud.

Sin embargo, la inmensa masa de tierra desprendida dificulta y retrasa las tareas de rescate, ya que "se trata de 10 millones de metros cúbicos de tierra extendidos sobre un área de unas 10 hectáreas", de acuerdo con el titular turco de Interior.

Amenaza de desastre ecológico

El alud, según confirmó este martes Anagold se produjo en un lugar donde se acumulan temporalmente grandes cantidades del mineral extraído de la mina a cielo abierto. Este mineral, ya triturado, se somete a un goteo constante de una solución de cianuro que acaba separando el oro de la piedra. Si esta mezcla de minerales saturados con cianuro alcanzara el río Éufrates, a apenas tres kilómetros del lugar del accidente, provocaría un desastre tanto para la fauna como para la salud humana.

El gobernador de la provincia de Erzincan, Hamza Aydogdu, afirmó tras el alud que este no había llegado hasta el río y el Ministerio de Medio Ambiente emitió un comunicado aseverando que se habían "cerrado las compuertas" de un arroyo local para evitar que el mineral fluyera hasta el Éufrates. No está claro, sin embargo, cómo se podría evitar una filtración de la sustancia tóxica si se produjeran fuertes lluvias en la zona.

El ministro de Medio Ambiente, Alparslan Bayraktar, que ha acompañado a su colega de Interior en la visita, ha informado de que su entidad realiza cada seis meses inspecciones de la mina y que en agosto ordenó parar el trabajo en un área de 32 hectáreas, pero no halló ningún indicio de riesgo donde ahora se ha producido el alud.

Por su parte, el Colegio de Ingenieros ha indicado que es probable que, al acumularse una cantidad excesiva de mineral, este ejerciera una presión tan grande que se licuara la masa terrestre, saturada además de humedad por las recientes lluvias.

Anagold es propiedad en un 80% de la multinacional SSR Mining, mientras que el 20% restante pertenece a Çalik Holding, uno de los mayores conglomerados industriales de Turquía y considerado cercano a partido islamista AKP y al presidente Erdogan.