A las 07:40 de la mañana, hora local, comenzaba el asalto, un vecino graba el ruido de disparos. Más de 100 efectivos del Ejército bangladeshí ponen fin a diez horas de secuestro. Seis de los terroristas han sido abatidos y uno, detenido. Dentro del local el escenario era dantesco: "Hemos encontrado 20 cuerpos, la mayoría han sido asesinados sin piedad con arma blanca" explican.
Entre las víctimas hay ciudadanos japoneses e italianos. Desde sus países llegan ya mensajes de condena: "Es una tragedia. La enésima provocada por extremismo de matriz islámica que cubre de sangre la historia de los inocentes" asegura Mateo Renzi, primer ministro de Italia.
Todos los rehenes fallecidos eran extranjeros. No es de extrañar, el local atacado era frecuentado por expatriados. Era precisamente lo que buscaban, según cuenta el cocinero del restaurante, es uno de los 13 rehenes que han podido ser rescatados: "A los extranjeros particularmente nos buscaban. No creo aún que me hayan apuntado, sentí balas pasarme por al lado. Volví a nacer".
El ataque ha sido reivindicado por Daesh, todo un golpe para las autoridades que hasta ahora negaban que el grupo terrorista tuviera presencia en el país. Sheikh Hasina, la primera ministra del país, ha prometido mano dura contra los violentos: "El terrorismo nunca triunfará en Bangladesh. No vamos a tolerarlo"
La masacre en pleno barrio diplomático, en el distrito con mayor presencia policial de la capital supone una escalada de la violencia e uno de los países más pobres de Asia.