El jueves, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, aseguró que su Gobierno está dispuesto a trabajar con Rusia "para aliviar la tensión" entre ambos países tras el derribo, resaltando que "se están llevando a cabo las discusiones necesarias".
Sin embargo, el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, dijo horas antes que el Kremlin ha cortado "todos los canales" de comunicación con los militares turcos.
El portavoz explicó que el motivo es que Turquía se ha negado a entregar a Rusia "cualquier material relacionado" con este incidente, así como la ausencia de una disculpa pública, una promesa de reparación o de castigo a los culpables.