El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha conversado con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, el primer contacto a ese nivel desde que Washington rompiera sus relaciones diplomáticas con Taipei en 1979.
El equipo de transición de Trump informó en un comunicado que el presidente electo había hablado por teléfono con la mandataria taiwanesa, una llamada en la que ella felicitó al magnate por su victoria y ambos "señalaron los estrechos vínculos económicos, políticos y de seguridad existentes entre Taiwán y Estados Unidos".
Según la CNN, ese pronunciamiento llegó después de que Pekín contactase con la Casa Blanca para pedir explicaciones sobre la comunicación con Taiwan. Después de que estallase la polémica, el propio Trump quiso aclarar las circunstancias de la llamada con Ing-wen: "La presidenta de Taiwán me llamó para felicitarme por ganar la Presidencia. ¡Gracias!".
"Es interesante cómo Estados Unidos vende millones de dólares a Taiwán en material militar, pero yo no debería aceptar una llamada de felicitación", agregó Trump, a través de su cuenta de Twitter.
El presidente electo se refirió así al contrato suscrito el año pasado por la Administración de Barack Obama por un valor de 1.830 millones de dólares y que incluyó dos fragatas, vehículos de asalto anfibio y misiles antitanque, entre otros equipos militares, para Taiwán, una venta que enfureció a Pekín.
China considera la conversación entre Trump y Tsai un gesto "menor"
El ministro chino de Asuntos Exteriores, Wang Yi, considera que la llamada es una acción "menor" llevada a cabo por Taiwán que no alterará el respaldo de EEUU a Pekín. No obstante, espera que las relaciones entre Estados Unidos y China no se vean "dañadas" tras la conversación del viernes, en la que Tsai pidió apoyo a EEUU para lograr una mayor participación internacional de Taiwán, una isla que se declara soberana e independiente pero que es considerada por Pekín una "provincia rebelde" y, por ende, parte de su territorio.