Una trama para tapar todo aquello que pudiera perjudicarle en su carrera hacia la Casa Blanca con pagos que, a su vez, habría ocultado falsificando registros contables. Es la acusación que dibuja el Fiscal del Distrito de Manhattan en la imputación contra Donald Trump, hecha pública este martes, una histórica jornada en la que el magnate republicano se ha declarado "no culpable" de los 34 cargos que le valdrán ser recordado como el primer expresidente de Estados Unidos en enfrentar cargos criminales.

El fiscal Alvin Bragg es quien ha logrado llevar a Trump ante el juez. Sostiene que el exmandatario republicano falsificó registros "de forma repetida y fraudulenta" para esconder una "conducta criminal" encaminada a ocultar información que, de haber salido a la luz, podía haberle pasado factura durante la campaña electoral de 2016.

En su escrito, Bragg describe cómo el exmandatario habría orquestado una operación de "cazar y matar" para influir en los comicios que le auparon a la Presidencia e impedir que trascendieran informaciones negativas sobre él, a través de una serie de pagos que habría camuflado tras meses de anotaciones contables falsas.

Entre esos pagos, la Fiscalía destaca tres, todos ellos destinados a enterrar potenciales escándalos de la vida personal del mandatario: uno de ellos, de 30.000 dólares a un antiguo portero de la Torre Trump en Nueva York que aseguraba tener información sobre un supuesto hijo de Trump nacido fuera del matrimonio, y otros dos a sendas mujeres que alegaban haber mantenido relaciones sexuales con él mientras estaba casado.

Una de ellas sería la actriz de cine porno Stormy Daniels, a quien el abogado de Trump Michael Cohen habría pagado en secreto 130.000 dólares para evitar que hiciese pública su aventura con el entonces candidato. Un pago ilegal presuntamente realizado poco antes de las elecciones a través de una empresa fantasma, que el abogado acabó reconociendo y que supondría una contribución ilegal a la campaña.

La Oficina del Fiscal describe asimismo un pago a otra mujer que también afirmaba haber tenido relaciones con Trump, en este caso por valor de 150.000 dólares. Trump habría ordenado de forma explícita a su abogado que lo hiciera mediante una compañía falsa, de acuerdo con el comunicado.

Una vez ganadas las elecciones, el expresidente habría reembolsado a su abogado por el pago a Daniels a través de cheques disfrazados como supuestos pagos por sus servicios legales. De esta forma, se habrían realizado hasta 34 asientos contables falsos para ocultar ese pago inicial de 130.000 dólares. Una acusación que ahora se concreta en 34 cargos de falsificación de registros contables en primer grado que acercan a Trump al banquillo de los acusados.