Después de que se intensificara la tormenta y, a medida que avanza hacia el norte, ha empeorado su pronóstico: la nieve ya no es el único problema, ya que las autoridades temen las inundaciones, que ya comenzaron con intensidad en la costa de Nueva Jersey.
Nueva York fue el último estado en declarar la situación de emergencia, ya vigente en Washington DC, Maryland, Virginia, Pensilvania, Carolina del Norte, Tennessee, Kentucky, Delaware, Nueva Jersey y Georgia.
La fuerte tormenta, bautizada como Jonas, podría convertirse en la mayor nevada de la historia de Washington DC con 76 centímetros de acumulación y situarse entre las peores cinco nevadas de Nueva York en más de un siglo.
La circulación de vehículos en la ciudad de Nueva York está prohibida, medida que afecta también a Long Island, que se extiende al este de la isla de Manhattan.
Las autoridades de Nueva York también decretaron el cierre de los puentes y túneles que enlazan a la isla de Manhattan con el resto del país, una medida que se coordinó con el vecino estado de Nueva Jersey.
La gran avenida de los teatros neoyorquinos, Broadway, canceló todos los espectáculos previstos ante el llamado del alcalde, Bill de Blasio, a que todos los establecimientos envíen a sus trabajadores a casa.
También se han cancelado las grandes competiciones deportivas que iban a celebrarse en Washington DC, Filadelfia, Nueva York y otras ciudades afectadas.
Las peligrosas condiciones en las carreteras, provocadas por el viento y la nieve, han causado la muerte de al menos 12 personas, seis en Carolina del Norte, dos en Tennessee, una en Virginia, y dos en Kentucky. Además, otra persona murió de un ataque al corazón mientras retiraba nieve en Maryland.
Decenas de personas quedaron atrapadas más de 12 horas en una autopista de Kentucky y otras tantas vivieron la misma situación en una autopista de Pensilvania y en una de Virginia Occidental.
Otra de las consecuencias más temidas de la tormenta son los cortes eléctricos a gran escala, que han afectado sobre todo a Carolina del Norte, donde alrededor de 150.000 personas se quedaron sin servicio.
Washington DC mantiene cerrado el transporte público de la capital, que sirve a los vecinos estados de Maryland y Virginia, mientras que Nueva York canceló el transporte de autobús y los trayectos exteriores del metro.
La capital, cubierta completamente de blanco, ha sufrido la peor fase de la tormenta, con fortísimos vientos, grandes acumulaciones de nieve, muy escasa visibilidad y temperaturas en descenso hasta mínimas de 20 grados bajo cero.
La tormenta afectará a un total de 85 millones de personas y a los 33 millones que viven en las zonas más amenazadas se les ha pedido que eviten salir de casa si no es absolutamente necesario. El tráfico aéreo se ha visto muy afectado por la tormenta, con casi 11.000 cancelaciones.