Los primeros
damnificados de las promesas electorales contra el terrorismo son los derechos
humanos. "Hay que hacer más para restringir
la libertad y los movimientos de sospechosos de terrorismo. Cuando haya
suficientes pruebas para saber que suponen una amenaza. Si nuestras leyes de
derechos humanos nos lo impiden cambiaremos las leyes para poder hacerlo",
señala Theresa May.
El laborista Corbyn se
opone y cree que la manera de combatir al terrorismo es una mayor inversión en
las fuerzas de seguridad. El MI5 tiene
en sus radares a sujetos sospechosos por su comportamiento, pero tiene a 23.000
en el punto de mira.
Ellos, se clasifican en
dos listas. Una, con la mayoría, 20.000. Sospechosos que se cree que no suponen
una amenaza. Por otro lado, la lista de los más peligrosos, unos 3.000. Se
considera que estos sí podrían atentar y se les somete a una estrecha
vigilancia.
Pero los responsables de
los últimos atentados no estaban en esa lista sino en la de sujetos sin planes
de atentar. El líder del ataque del pasado sábado, el de Manchester, el de
Westminter. Tampoco metieron en la lista de los más peligrosos al tercer
terrorista del ataque del pasado sábado, después de que Italia les pasara
información de que trataba de ir a Siria y de que decía que iba a ser terrorista.