El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha avalado el decreto del presidente del país, Donald Trump, que limita las llegadas de personas procedentes de países de mayoría musulmana, en una de las mayores victorias judiciales logradas por la actual Administración federal.
Por cinco votos a cuatro --la mayoría conservadora ha inclinado la balanza--, los magistrados del Supremo han zanjado la batalla judicial que se venía librando desde el año pasado contra el veto migratorio aprobado por Trump, cuya última versión fue conocida en septiembre de 2017.
Los jueces alegan que los demandantes no han podido demostrar que la prohibición viola las leyes migratorias de Estados Unidos o la Primera Enmienda de la Constitución, que prohíbe al Gobierno federal favorecer a una religión por encima de otras, informan los medios norteamericanos.
La sentencia, por tanto, permite que el veto siga en vigor y abre la puerta a que Trump pueda incorporar a más países. El presidente siempre ha defendido la necesidad de esta tipo de medidas para garantizar la seguridad nacional y combatir el terrorismo, en contra del criterio de las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos.
La última orden ejecutiva promulgada por Trump contemplaba límites para las entradas de personas procedentes de Irán, Libia, Siria, Somalia y Yemen. También afecta a Corea del Norte y a personas vinculadas a instituciones de Venezuela, aunque estas dos vertientes no fueron impugnadas en los tribunales.