Seis agentes de Policía han resultado heridos durante un tiroteo en Filadelfia (Pensilvania, EEUU). El responsable de los disparos se ha atrincherado para evitar su detención, hasta que finalmente se ha entregado a las autoridades después de ocho horas de resistencia.

Por su parte, los agentes que resultaron heridos de bala fueron trasladados a hospitales y ya han recibido el alta médica. "No es nada menos que un milagro que no tengamos a varios agentes asesinados hoy", dijo en declaraciones a los medios el jefe de la Policía de Filadelfia, Richard Ross.

Todo empezó con un operativo antidrogas en una vivienda, que "se torció casi de inmediato", según indicó Ross, que explicó que un sujeto abrió fuego dentro de la casa y que los agentes tuvieron que escapar del tiroteo por puertas y ventanas.

Aparte de los seis policías heridos, otros dos agentes quedaron atrapados en el interior del edificio junto a tres personas que habían detenido cuando empezó la lluvia de balas, que se prolongó durante varias horas, según las autoridades.

Tras casi cinco horas atrapados en la vivienda y pasado ya el atardecer, un equipo de operaciones especiales tipo SWAT logró evacuar a los agentes y a los detenidos. Las autoridades instaron entonces al sujeto atrincherado a que se rindiera, e incluso hablaron con su abogado para darle garantías de que no le harían ningún daño. Sin embargo, no fue hasta pasada la medianoche que finalmente el hombre se entregó.

El periódico local 'The Philadelphia Inquirer' le identifica como Maurice Hill, de 36 años, que según el citado medio tiene un largo historial de condenas por posesión de armas y de resistencia a las autoridades.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue informado de la situación, según comunicó la Casa Blanca. Las primeras informaciones del incidente generaron alarma en una sociedad especialmente sensible tras los recientes tiroteos de El Paso (Texas) y Dayton (Ohio), que causaron en total 31 muertos. Sin embargo, a medida que se conocían detalles de la situación se evidenció que el caso de Filadelfia era distinto, con un atrincherado tras un operativo policial.

No obstante, el alcalde de Filadelfia, el demócrata Jim Kenney, ha abogado por un mayor control de armas. "Estos agentes necesitan ayuda, necesitan ayuda. Necesitan ayuda con control de armas. Necesitan ayuda manteniendo estas armas fuera de las manos de esta gente", alertó.