Tras 16 días de incertidumbre, 27 menores no acompañados ya pueden abandonar el Open Arms. Los jóvenes se han bajado del barco entre gritos y aplausos. Para ellos ha acabado la odisea, pero 107 personas siguen a la espera de que Salvini les deje pisar tierra.

El ministro del Interior ha cedido con los menores, dice, a petición del primer ministro, Giuseppe Conte. Pero asegura que es "un precedente peligroso".

El desembarco se produce horas después de que la ONG advirtiera de que la situación estaba fuera de control: "A partir de hoy no nos podemos sentir responsables ni garantizar la seguridad de las personas que están a bordo del Open Arms".

Para conocer el estado en el que se encuentra el resto de personas, la Fiscalía ha ordenado una inspección sanitaria a bordo. Los migrantes llevan más de dos semanas hacinados.

"Se me caería la cara de vergüenza si yo fuera un líder, un político o un presidente del Gobierno en estos momentos porque lo que estamos viviendo los ciudadanos españoles a bordo del Open Arms es injustificable", ha criticado Oscar Camps.

Preguntada por el Open Arms, Carmen Calvo ha asegurado que España cumple con sus "obligaciones de las leyes internacionales".

Cerca de Italia y Malta también está el Ocean Viking. Aquí la situación es igual de alarmante: hay 356 migrantes a bordo, 92 de ellos niños que están solos. Hasta ahora, ningún país se ha ofrecido para recibirlos.

Entre el Ocean Viking y el Open Arms suman 463 personas con un mismo deseo: llegar a un puerto seguro.