Este lunes Pierre Luigi Preiti, autor de los disparos en el Palazzo Chigi, ha sido interrogado.

Una primera explicación a los hechos fue que Preiti era un perturbado, pero el fiscal ni siquiera ha pedido un examen psicológico, porque no tiene problemas mentales.

Luigi Preiti fracasó con su empresa de construcción, tenía deudas por el juego, se había separado dos veces y quería vengarse de todo matando a algún político.

El desempleado italiano culpa a su desesperación como causa de sus actos. En la calle apoyan esta razón, y por ello el Congreso se ha blindado durante el discurso de esta tarde del nuevo primer ministro Enricco Letta, por temos a que el tirotea sea imitado por otras personas desmoralizadas.

Pero las autoridades italianas creen que el hombre se contradice, que hacía cuatro años que compró el arma y llevaba semanas entrenando. Según ellos, fue un acto premeditado.

Preiti llegó el sábado a Roma, reservó habitación en un hotel y se vistió de traje y corbata antes del tiroteo. Ha declarado que quería disparar a un político pero no pudo y por eso apuntó a los Carabinieri.