Tras el cierre de las urnas comienza el recuento frenético tras el final del referéndum. A pocas horas para que Reino Unido conozca el nuevo rumbo de su futuro, la balanza se decantaba por el 'Brexit'.

A las cinco de la madrugada estalla una atronadora alegría en el cuartel de Nigel Farage. A esa hora el resultado les pone en cabeza y el euroescéptico sentencia que "el 23 de junio pasará a la historia como el día de nuestra independencia".

Mientras, en el bando de la permanencia todavía esperan el milagro, pero la esperanza termina poco después cuando el comité electoral avanza que los resultados preliminares son ya irreversibles.

A favor del 'Brexit' un 51,9%, de la permanencia un 48,1% y más de 1.200.000 votos de diferencia, son los resultados de la participación más alta de la historia electoral británica. Un jarro de agua de fría inesperado en Bruselas.

El primer ministro Cameron, severamente derrotado, anuncia poco después su irrevocable dimisión el próximo mes de octubre. Muy cerca, el exalcalde de Londres provoca abucheos al salir de casa, aunque Boris Johnson se reafirma en el 'Brexit'. Un destino fuera de la Unión Europa que siembra muchas dudas e incertidumbre en todo el mundo.