"Estoy satisfecho por contar con agencias de inteligencia que realizan un gran trabajo para mantenernos seguros y que operan dentro de la ley", afirmó el primer ministro sobre las informaciones que apuntan a que los servicios de espionaje británicos obtuvieron a través de Estados Unidos datos sobre comunicaciones digitales de millones de personas.
En una comparecencia ante la Cámara de los Comunes, el ministro de Exteriores británico, William Hague, insistió por su parte en que "cualquier dato obtenido a través de Estados Unidos sobre ciudadanos del Reino Unidos ha pasado por los controles y requisitos del sistema británico".
"Se ha sugerido que el GCHQ, el centro de escuchas y decodificación de los servicios secretos británicos, ha colaborado con Estados Unidos para sortear las leyes británicas y obtener información que legalmente les estaría vetada. Quiero que quede absolutamente claro que esa acusación es infundada", dijo Hague.
Hague resaltó que la privacidad de los ciudadanos es una de sus "principales preocupaciones" y que su Gobierno dedica un "especial cuidado en asegurar un equilibrio adecuado entre la privacidad individual y la seguridad nacional".
Diputados tanto de la oposición laborista como de la bancada "tory" pidieron al Gobierno de Cameron mayor transparencia respecto al uso de información obtenida por la inteligencia estadounidense."Todo el mundo está de acuerdo cuando se trata de espiar a terroristas.
Pero qué ocurre, por ejemplo, con la gente que organiza manifestaciones", dijo el laborista Ronnie Campbell, a lo que Hague respondió que, si el Gobierno autorizara programas de espionaje con propósitos políticos, encontraría "graves problemas".
"Todas las autorizaciones que firmamos tanto yo como la ministra de Interior están sujetas a una revisión independiente por parte de dos comisionados, el de Servicios de Inteligencia y el de Interceptación de Comunicaciones. Ambos son altos cargos judiciales que responden directamente ante el primer ministro", aseguró Hague.
El diputado conservador Dominic Raab afirmó que el Parlamento no debe "creer a ciegas" los argumentos de las agencias de inteligencia y expresó dudas sobre si quienes deben encargarse de velar por la legalidad reciben toda la información necesaria.Cameron, por su parte, subrayó que el control al que se someten las agencias de inteligencia en el Reino Unido "es importante" y sostuvo que se encargará de que "siempre tenga lugar".