Primer caso de aplicación de la eutanasia en Holanda por problemas psicológicos y no físicos. Una joven de 20 años ha conseguido acabar con su vida mediante la inyección letal al considerar que no podría recuperarse del daño psicológico ocasionado por los abusos sexuales que sufrió en su niñez.
La mujer padecía estrés estrés post-traumático anorexia severa, depresión crónica, tendencias suicidas y alucinaciones. A pesar de recibir terapia psiquiátrica, nunca consiguió recuperarse. Según publica el 'Daily Mail' los doctores que la trataban dieron su visto bueno a que se le permitiera cumplir su deseo a fin de evitarle más dolor y sufrimiento.