Tras 161 días de guerra, el conflicto no parece encontrar fin en Ucrania. En la región de Donetsk, uno de los principales objetivos del presidente ruso Vladimir Putin, las familias han comenzado a huir para salvarse. El Gobierno ucraniano ha dado la voz de alarma y ha ordenado evacuar de urgencia la región.

Entre lágrimas, Marina se despide de sus padres en su casa de Kramatorsk, cerca del frente de la guerra. "Es muy difícil, entiendo que será la última vez que los vea", asevera. Sus padres, Lidia y Víctor, han vivido más de 70 años en esa vivienda que ahora abandonan para emprender su camino a un hogar de ancianos al oeste del país.

Ellos son dos de los muchos evacuados en Donetsk, un ejemplo de familia que deja atrás toda una vida, recuerdos y también a familiares que deciden quedarse. "Es necesario irse. Pero, ¿adónde va la gente? No puedo vivir en una estación de tren. Decidimos quedarnos", asevera Marina.

Por su parte, Valentyna, con 87 años, no mira atrás mientras se dirige a la furgoneta que la evacúa. Sabe que, por el momento, está a salvo, pero los nervios la invaden. "Todo me tiembla por dentro, no puedo calmarme", asegura.

Como ellos, miles de ancianos y familias llegan a la estación de tren de la que saldrán hacia un lugar en el que recibirán ayuda. Sobre todo, tal y como han pensado las autoridades, de cara a los meses fríos de otoño e invierno en los que, si se quedan, no tendrán calefacción.

La evacuación obligatoria en Donetsk se da mientras en la frontera con Polonia se han reanudado los ataques. En la región de Leópolis y en Járkov hasta los niños empuñan armas para proteger su vida.